El próximo 6 de febrero se celebra el Día Internacional de la Tolerancia Cero con la mutilación genital femenina (MGF), una práctica reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos. Hoy en día y aunque no se han actualizado las cifras, más de 200 millones de mujeres y niñas han sufrido esta práctica que atenta a su salud y sus derechos y, si nada cambia, de aquí a 2030 habrá 68 millones más. Además de las mujeres que no han sobrevivido y que no forman parte de esta cifra de mujeres mutiladas y para quienes esta práctica inhumana ha sido su sentencia de muerte.
En España viven cerca de 70.000 mujeres procedentes de países donde se practica la MGF, de las que más de 18.000 son menores de 14 años, según la Red Estatal Libres de MGF. Esta violación flagrante de sus derechos les afecta no solo a nivel físico, sino también a nivel psicológico.
Aminata Soucko es técnica de acción social en Farmamundi y presidenta de la Red Aminata (Djô Aminata), y desde hace más de diez años acompaña a mujeres supervivientes de la mutilación genital femenina (MGF) en Valencia. “Mi sexualidad, debido a la mutilación que sufrí y a mi matrimonio forzoso, siempre la he vivido de forma traumática, y no sabía por dónde empezar para solucionarlo. Un día me enteré de que existía una operación para que a las mujeres que habíamos sido mutiladas nos pudieran reconstruir el clítoris y que ese fuera el inicio de nuestra sanación física y también puedan volver a disfrutar de su sexualidad”, comenta Aminata Soucko.
El acompañamiento es vital para el bienestar psicológico y físico de las mujeres
Durante el año 2023, 36 mujeres fueron acompañadas en su proceso con la Unidad de Referencia para la Cirugía Reconstructiva del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia, como parte de la iniciativa de Farmamundi y Red Aminata. 13 de ellas fueron operadas con una cirugía reconstructiva de clítoris para la recuperación de su sexualidad. Estas mujeres proceden de Mali, Mauritania, Gambia, Senegal, Costa de Marfil, Guinea Conakry y Nigeria, entre otros países.
El acompañamiento se lleva a cabo de manera multidisciplinar para garantizar su salud física, psico-sexual y social. Mediante este acompañamiento se determina por parte de la unidad si la mujer superviviente precisa o no reconstrucción del clítoris.
El papel de Aminata como agente de salud de base comunitaria, es acompañarlas cada vez que tienen que acudir a consulta, les explica el proceso, les traduce la información si lo necesitan, y les cuenta cómo será la operación, el cumplimiento de los tratamientos sanitarios y los cuidados de enfermería que necesitan.
Aminata Soucko en el Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia
“La finalidad no solo es recuperar la función sexual, negada por el hecho de nacer mujer en los países y comunidades donde se realiza la práctica, sino reconstituir a través de ella y de la educación para la equidad de género la auto identidad de estas mujeres, así como su poder de decisión y de elección en el resto de áreas de su vida”, explica Aminata. “Aún hay mucho desconocimiento y tabús en torno a la sexualidad femenina, por ejemplo, muchas de las mujeres a las que atendemos no entienden cómo si se corta algo, puede volver a recuperarse. Yo les explico que el clítoris no es solamente la zona exterior, sino que también existe hacia dentro y que mide entre unos 12 a 14 cm”.
Aminata y las mujeres voluntarias que participan en el proyecto son un puente entre el personal médico y las pacientes, para que se sientan entendidas y acompañadas en un proceso que no es fácil, y desde un perspectiva intercultural para que el personal sanitario y las mujeres comprendan las dificultades que pueden atravesarse sin dicho entendimiento. Un ejemplo de esto, es entender que dirigir la mirada a los ojos en varios países africanos es una falta de respeto, mientras que en España puede leerse como todo lo contrario.
Durante 2023, desde este proyecto se llevó a cabo el acompañamiento y seguimiento a 80 mujeres procedentes de los países donde se practica la MGF, hayan vivido la mutilación o no.
“Aminata sabía que yo estaba mutilada y me explicó lo que era la reconstrucción y cómo había sido el proceso que ella había seguido. Con ella me sentí segura y después de ir por primera vez al Hospital Doctor Peset ahora estoy esperando a que me den cita para hacerme la operación. Tengo muchas ganas”, comenta una de las mujeres que participa en el proyecto.
“Ella me acompañó al hospital para hablar con el ginecólogo y me contaron en qué consistía la operación y qué cambios vería en mi vida. Yo tenía muchas preguntas y ellos me hicieron ver por qué me dolían las relaciones sexuales por ejemplo o porque no tenía deseo sexual. Ya estoy operada y estoy muy contenta con el resultado. Ahora me siento yo misma, siento que mi cuerpo ha cambiado, que yo he cambiado y me siento mejor”, dice otra mujer animando a otras compañeras a que también se planteen la operación de reconstrucción.
Las supervivientes son referentes para otras mujeres
Es muy importante curar las heridas psicológicas y los traumas de las mujeres que han sufrido esta práctica. Las supervivientes del proyecto están en un proceso de empoderamiento con la finalidad de que puedan ellas mismas ayudar a muchas otras a que también se sientan mejor. Son agentes de cambio.
“Yo cuando fui de vacaciones a mi pueblo le conté a mi madre lo que era la mutilación y por qué no se debía mutilar a ninguna niña más. Mi familia me ha entendido. Mi padre además es médico y me entendió perfectamente. Yo disfruté de mis vacaciones y nadie me presionó ni me preguntó por qué yo no había mutilado a mis hijas. Lo entendieron”, explica una de ellas.
“En España es muy importante que otras mujeres sepan que existe la posibilidad de hacer la reconstrucción tras sobrevivir a la Mutilación Genital Femenina, porque les va a cambiar la vida, van a disfrutar de su sexualidad. Hay muchas mujeres que no saben lo que es el orgasmo y para ellas las relaciones sexuales son sinónimo de dolor. Por eso es importante que sepan que existe esta operación y que con ella mejorarán muchos aspectos de su salud. Ahora nosotras que nos hemos operado podemos ser referentes para otras mujeres que nos vean como ejemplo. El futuro también va a ser mejor para nuestras niñas”, concluye otra de las mujeres.
Educación para aportar a la transformación de sus comunidades
Al mismo tiempo que se realiza el acompañamiento individual a las mujeres, desde hace más de un año se trabaja también con un grupo de educación por el que ya han pasado más de 40 mujeres provenientes de países donde se practica la MGF. Un espacio en el que reflexionan sobre su derecho a la salud afectiva y sexual, transformado las ideas que tenían sobre la práctica de la mutilación y siendo ellas las que ahora se movilizan para sensibilizar e informar a otras mujeres, a sus comunidades, a grupos de estudiantes y a la comunidad en general. Ellas alzan su voz para prevenir que este tipo de prácticas que son dañinas y nocivas contra las mujeres y las niñas sigan existiendo.
Mujeres participantes en el proyecto dan una charla en la Escuela Universitaria de Enfermería de la Fe de Valencia
Espacios de sensibilización, formación y actualización de conocimientos para el personal social y sanitario
Teniendo como principal herramienta la voz de las mujeres, sus experiencias vitales, y sus vivencias con el sistema social y sanitario valenciano, se ha formado y sensibilizado a más de 250 profesionales de estos sectores, además del sector educativo. El objetivo es ampliar la red de personas que entienden correctamente esta forma de violencia contra las mujeres, y las niñas y que pueden poner en práctica la perspectiva intercultural en sus acciones.
Así, se desarrolló con éxito el pasado 30 y 31 de enero unas jornadas formativas desarrolladas en alianza de tres entidades Farmamundi, Red Aminata (Djô Aminata) y Save a Girl Save a Generation con el apoyo de la Facultad de Enfermería y Podología de la Universitat de València
En esta jornada participaron instituciones como la Conselleria de Sanidad, la Unidad de Referencia para la cirugía de reconstrucción ante la MGF, Salud Pública, la Universidad Internacional de Valencia-VIU y la Facultat de Fisioterapia de la Universitat de València, entre otras.
Participantes de las jornadas celebradas en Valencia el 30 y 31 de enero
*Todo esto es posible gracias a la financiación de la Vicepresidencia segunda y Conselleria de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, dentro de la convocatoria a proyectos de acción social con cargo al IRPF y de la convocatoria a organizaciones no gubernamentales para desarrollar proyectos de educación para el desarrollo.