Millones de personas se vieron afectadas por el fuerte seísmo que golpeó Turquía y Siria el 6 de febrero de 2023. Las secuelas psicológicas y los esfuerzos de reconstrucción continúan un año después.
Miles de personas siguen viviendo en condiciones difíciles un año después de los devastadores terremotos que sacudieron el sureste de Turquía y el noroeste de Siria. La catástrofe natural se cobró más de 50.000 vidas en ambos países, y afectó a más de 20 millones de personas. La mayoría de las familias desplazadas en el noroeste de Siria siguen viviendo en tiendas de campaña o en las ruinas de sus casas, y los servicios de salud siguen afectados.
La respuesta humanitaria de Farmamundi y Khayr Ommah Association ha permitido mejorar las condiciones de vida de miles de personas desplazadas en Jindires, en la provincia de Alepo, con énfasis en la salud mental y el apoyo psicosocial.
«Incluso antes del terremoto, muchas personas que viven en el noroeste de Siria ya dependían de la ayuda humanitaria como resultado de años de guerra civil», afirma Tania Montesinos, responsable de Acción Humanitaria en Farmamundi, quien ha remarcado que nuevas familias se han asentado en Jindires, lo que ha supuesto una carga adicional para la ciudad y ha aumentado el número de campamentos. «Las familias han perdido sus fuentes de ingresos y los empleos son escasos, por lo que no pueden hacer frente a los gastos de alimentación, combustible y artículos imprescindibles de higiene o de abrigo».
Con el apoyo de la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament y el Fondo de Emergencias de Farmamundi, Khayr Ommah ha dado respuesta a estas necesidades acuciantes, garantizando el derecho de la población a recibir asistencia humanitaria y protección en temas de habitabilidad, nutrición e higiene, y en la atención a la salud mental de los menores.
En un primer momento se proporcionaron artículos esenciales como tiendas, mantas y utensilios de cocina, para mejorar la seguridad, la comodidad y la autosuficiencia. Al mismo tiempo se distribuyeron alimentos para cubrir las necesidades nutricionales básicas y prevenir la desnutrición de los niños y niñas.
También se proporcionó a las familias artículos de higiene que priorizaban la salud de los bebés, la salud menstrual de las mujeres y la limpieza del campamento, reduciendo las enfermedades.
Otra de las acciones fundamentales ha sido el desarrollo de un proyecto de apoyo psicológico para ayudar a los menores a sobrellevar el duelo y las experiencias que vivieron. Para ello, se formó a 30 personas voluntarias y se realizaron actividades de atención psicosocial individual y grupal para cien menores en un espacio seguro.
«Estamos en comunicación directa con el consejo local, el gobierno provisional y el Ministerio de Desarrollo, que son los responsables directos de los campamentos de la ciudad de Jindires, que nos apoyan en la identificación de las necesidades de la población y nos ayudan a llegar hasta ella. Desde Farmamundi seguiremos apoyando a las familias del norte de Siria hasta que cuenten con oportunidades reales y condiciones para vivir en seguridad», concluye Montesinos.
Resultados alcanzados:
- 914 personas reciben material de abrigo y de habitabilidad, y 1.600 personas reciben material de protección contra las condiciones climáticas.
- 650 personas reciben kits de artículos de higiene, y 150 mujeres han recibido kits de dignidad.
- 953 personas reciben asistencia alimentaria, y 125 personas voluntarias han recibido asistencia en efectivo para trabajo (cash for work).
- 30 personas voluntarias han sido capacitadas en salud mental y apoyo psicosocial.
- 100 menores han accedido a un espacio seguro y reciben apoyo psicosocial (terapias individuales y actividades grupales de apoyo psicosocial).
