En un quirófano completamente renovado del Centre Hospitalier de Soavinandriana (CENHOSOA), en Antananarivo, Madagascar, el pequeño Finoana, de solo ocho años, despierta tras una compleja operación a corazón abierto. Lo hace en su país, cerca de su familia, y gracias a una red de colaboración internacional que ha hecho posible lo que hace apenas unos meses parecía inalcanzable.
Se trata de las primeras intervenciones de este tipo realizadas en Madagascar por un equipo local con el apoyo de especialistas internacionales, gracias a un proyecto impulsado por la ONG La Chaîne de l’Espoir, al que Farmamundi ha dado apoyo logístico y farmacéutico.
Desde 2018, la organización internacional de origen francés trabaja para dotar a Madagascar de autonomía sanitaria en cirugía cardíaca pediátrica. La renovación de la Unidad de Cirugía Cardiaca del CENHOSOA y la formación local son pilares esenciales de este esfuerzo que forman parte de una iniciativa a más largo plazo que tiene por objetivo la mejora del acceso a la cirugía cardíaca pediátrica en el Océano Índico.
Suministro de medicamentos
Un aliado clave en este camino ha sido Farmamundi, que ha colaborado con el envío en 2024 de 90 kg de medicamentos esenciales con problemas de abastecimiento, fundamentales para la realización de estas cirugías. Además, la ONG ha brindado asesoría logística para garantizar que el material llegase de manera ágil y eficaz a su destino.
“Estas operaciones representan mucho más que un avance médico: son una muestra tangible de solidaridad internacional, transferencia de conocimiento y esperanza para cientos de familias en Madagascar”, comenta la logista de Farmamundi, Sheila Díaz.
“Operar en mi país”

“La operación ha salido bien”, anunció el Dr. Pierre Maminirina, cirujano torácico y cardiovascular del CHU de Nantes, originario de Madagascar y médico voluntario de La Chaîne de l’Espoir, tras intervenir a Finoana. “Operar aquí, en mi país, es como devolver algo a los niños que más lo necesitan.” Hasta ahora, los niños y niñas con dichas patologías tenían que ser intervenidos fuera.
Para Finoana, precisamente irse lejos de casa era su mayor preocupación: “Estoy muy contento porque ya me siento mejor. Tenía miedo de tener que irme lejos, sin mis padres, pero gracias a los doctores pude operarme aquí, en mi país. Ahora solo quiero volver a jugar al fútbol con mi hermanito y mi hermanita.”
La cirugía de Finoana fue también una oportunidad clave de formación. El cirujano malgache Dr. Lucas Randimbinirina, quien asistió la operación del pequeño, destaca que el objetivo es que el equipo local sea completamente autónomo: “Estamos construyendo un futuro donde podamos tratar aquí las cardiopatías congénitas de forma segura y eficaz.”
Los frutos de este enfoque ya son visibles. Marielle, de 13 años, también fue intervenida durante esta misión. Con una sonrisa tímida desde la sala de reanimación, expresó: “Siento que mi vida ha cambiado. Ahora podré hacer todo.”
Nuevas misiones quirúrgicas
El éxito de estas primeras operaciones marca un antes y un después en la atención sanitaria en Madagascar. Se ha logrado no solo intervenir con éxito a pacientes pediátricos con enfermedades cardíacas complejas, sino también formar activamente a profesionales médicos, enfermeros y cardiólogos locales en diagnóstico precoz y técnicas quirúrgicas de vanguardia.
Para 2025, La Chaîne de l’Espoir ya prevé cuatro nuevas misiones quirúrgicas, que podrían beneficiar a cerca de 20 niños más. Desde Farmamundi se continuará colaborando a largo plazo, suministrando los medicamentos necesarios y ofreciendo apoyo logístico a esta iniciativa que simboliza un paso importante hacia la autosuficiencia médica en el país.