Entrevista | Almudena García, coordinadora social de Apoyo Positivo

Entrevista | Almudena García, coordinadora social de Apoyo Positivo

El pasado mes de noviembre la exposición ‘From abstract to reality’ estuvo presente en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, gracias al apoyo de la Comunidad de Madrid a este proyecto en el que abordamos la salud sexual bajo una perspectiva de género, así como otras cuestiones relacionadas con el acceso al derecho a la salud.

Entrevista a Almudena García, coordinadora del Área Social de Apoyo Positivo, sobre la salud sexual y la mujerAlmudena García, coordinadora del Área Social de la entidad Apoyo Positivo, visitó la exposición acompañada de estudiantes de esta Facultad. Durante esa visita pudimos charlar con ella y abordar algunas cuestiones que refleja la exposición a través de los lienzos que muestran mucho más de lo que parece en un primer momento. Con ella pudimos conocer mejor la realidad de las mujeres con VIH, cómo ser mujer sí marca una diferencia ante la salud sexual y qué tendría que cambiar en la sociedad para mejorar toda esta situación.

El hombre debe ser siempre el vencedor, debe tener el control y ser fuerte, agresivo y competitivo, mientras que la mujer debe ser sensible y emocional, tolerante, pasiva y con espíritu de sacrificio. Con estas percepciones bien establecidas que conducen a que un sexo sea dominante sobre el otro, no es de extrañar que la violencia aparezca en sus relaciones afectivas y sexuales.

Entrevista a Almudena García, coordinadora del Área Social en Apoyo Positivo

¿Cómo influye el condicionante de género en el VIH y en el sida?

Hay que tener en cuenta que la mujer con virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es la persona más invisible de esta problemática de salud. Tanto la mujer cis como la mujer trans (de la que prácticamente no existen estudios propios como tal) presentan transversalidades que pueden potenciar la vulneración, además de los condicionamientos de género (migración, perfil de empleabilidad, VG, educación…).

Las mujeres VIH presentan más vulneraciones y juicios de valor a la hora del diagnóstico: cuestionamiento de una sexualidad “demasiado” activa, reflejadas en palabras como “suelta” que estigmatizan y producen una serofobia interiorizada mucho más fuerte que en el hombre.

Dificultades para la negociación del preservativo, principalmente en el contexto de pareja estable, lo que supone un atarse de por vida a la persona que puede haberles transmitido el virus por miedo a no ser queridas.

La vulneración de las mujeres cis y trans como trabajadoras del sexo, sometidas al poder del cliente no solo sobre sus cuerpos sino sobre la decisión de protección durante las prácticas sexuales. Sumisión a relaciones tóxicas y un mayor índice de violencia de género. Prevalencia de diagnóstico tardío elevada respecto a los hombres con el condicionante de mujer migrante.

Discriminación en el entorno sanitario, principalmente en servicios dirigidos a la salud sexual de la mujer como son las revisiones ginecológicas; esto, sin tener en cuenta la transversalidad de ser mujer trans con la falta de formación del equipo sanitario en materias de diversidad sexual.

Estigma de madre VIH con la consecuente preocupación de transmitírselo a los hijos.

¿Qué combinación existe entre género y los derechos sexuales y reproductivos como determinantes del VIH en nuestro contexto social actual?

Desde el mismo momento de la concepción de una persona, se indican unos patrones de feminidad y masculinidad aceptados desde una sociedad patriarcal y reiterados constantemente por la familia, la escuela, el marketing y la comunidad. Estos mensajes ejercen presión para que las personas cumplan una serie de funciones y expectativas que dependen de este género socialmente estructurado. Y cuanto más patriarcal es la estructura de una sociedad, mayor es la insistencia en que las personas de diferente género adoptan unos valores diferenciados.

Es importante incidir en campañas de salud sexual dirigidas a las mujeres para implicarlas y empoderarlas en su salud sexual; rompiendo también con la idea equivocada de que el VIH es cosa solo de unos supuestos “grupos de riesgo”.

El hombre debe ser siempre el vencedor, debe tener el control y ser fuerte, agresivo y competitivo, mientras que la mujer debe ser sensible y emocional, tolerante, pasiva y con espíritu de sacrificio. Con estas percepciones bien establecidas que conducen a que un sexo sea dominante sobre el otro, no es de extrañar que la violencia aparezca en sus relaciones afectivas y sexuales.

Por tanto desde ese mismo momento de aceptación de las normas patriarcales, las mujeres son las más vulnerables en la mayoría de los derechos sexuales y derechos reproductivos (DSDR). En cuanto a las mujeres VIH, la vulneración se hace todavía más agresiva por la situación de estigma y discriminación asociada al VIH. Perfectamente se podría sacar un ejemplo de vulneración de cada uno de los once DSDR relacionados a casos de mujeres VIH (explotación sexual, agresiones sexuales, falta de libertad sexual, integración en estudios sin tener en cuenta la realidad trans ni el género, el no tener los mismos derechos al acceso a temas de prevención, educación y sensibilización, incluso desigualdades en la reproducción).

Apoyo Positivo realizó visitas guiadas en la exposición From abstract to reality en Madrid
Almudena García acompañó a estudiantes de la Facultad de Medicina en una visita guiada a la exposición ‘From abstract to reality’ y aportó información sobre la salud sexual

¿Qué cambios crees que son necesarios, y quisieras observar en nuestra sociedad, para que disminuyese considerablemente el número de personas afectadas por VIH?

Creo que se necesita una mayor concienciación social de la libertad sexual de la mujer para no hacer juicios de valor de la actividad sexual de las mujeres; olvidarse de que el hombre con mucha actividad sexual sea considerado exitoso y, en cambio, el mismo caso en una mujer se relacione con la inmoralidad, el libertinaje o, incluso, la prostitución. Ese prejuicio está instaurado no solo en los hombres desde pequeños sino en las mujeres, ya que somos educados en la idea de ser delicadas, obedientes y sujetas al amor romántico único y para toda la vida.

Es importante una educación afectivo sexual donde se rompan con los estereotipos de género. Es importante también incidir en campañas de salud sexual dirigidas a las mujeres para implicar y empoderar a la mujer en su salud sexual; rompiendo también con la idea equivocada de que el VIH es cosa solo de unos supuestos “grupos de riesgo”.  Acciones contra el estigma y la discriminación asociada al VIH en todos los ámbitos (sociales, familiares, laborales…).

¿Qué papel juegan entidades como Apoyo Positivo en el trabajo de sensibilización sobre el condicionante de género en el VIH?

Todos nuestros proyectos están realizados desde una perspectiva de género, no solo referida al término clásico de género binario, también teniendo en cuenta las transversalidades para los géneros no binarios. Uno de los proyectos que se han llevado a cabo en nuestra entidad es ‘Jornadas EVHA’, un programa de empoderamiento específico para mujeres con VIH de toda España. Consiste en jornadas con ciclos formativos tanto médicos, preventivos como sociales dirigidos a estas mujeres.

También destacar nuestro proyecto audiovisual ‘Indetectables’ donde de forma transversal se han trabajado la perspectiva de género y los estereotipos de género de la mujer cis y mujer trans en todas las temporadas hasta ahora realizadas (“Sexo, drogas y tú”, “Estigma”), hasta llegar a meternos de lleno con nuestra última temporada “Patriarcado” donde intentamos reflejar la realidad de la opresión del condicionamiento heteronormativo patriarcal en la sociedad y, en especial, en el colectivo LGTBI.

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