Candidatas para vacuna COVID-19 ¿En qué punto estamos?

Candidatas para vacuna COVID-19 ¿En qué punto estamos?

Estamos en un momento en el que, tras 6 meses de pandemia, las presiones políticas y económicas para encontrar una vacuna frente a coronavirus son enormes. La Comisión Europea ya tiene acuerdos con varias compañías farmacéuticas para comprar más de 1.100 millones de vacunas. Los acuerdos hasta la fecha son con AstraZeneca, Sanofi/GSK, Curevac, Johnson & Johnson y Moderna. Nuestra experta en vacunas, la farmacéutica Raquel Carnero, nos desvela los avances en este artículo.

La Agencia del Medicamento de EEUU (FDA) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA) han ofrecido todos sus procedimientos acelerados para revisar los datos de los ensayos clínicos en tiempo real y para tramitar los futuros dossieres de registro por vía de un procedimiento acelerado o de “fast track”. Pero lo cierto es, que los criterios de calidad, seguridad y eficacia deben ser los mismos que para cualquier otro medicamento. Porque las vacunas son medicamentos y como tales están regulados.

Garantizar la eficacia de las vacunas

Ninguna autoridad sanitaria debería apresurarse a autorizar una vacuna que pudiera llevar a una campaña de vacunación masiva con una baja efectividad. Por lo tanto, los ensayos iniciales que evalúan las vacunas COVID-19 frente a placebo deben demostrar evidencia de una eficacia que merezca la pena.

La Organización Mundial de la salud (OMS) ha emitido recomendaciones en las que insiste en que las vacunas deben mostrar una reducción estimada del riesgo de infección de al menos el 50%. Por ejemplo, para un ensayo clínico randomizado que diera como resultado 50 casos de infección en el grupo de la vacuna en estudio y 100 casos en el grupo de los que recibieron placebo, tendría un intervalo de confianza (IC) del 95%, que sugeriría un 50% de eficacia a corto plazo.

Para que la FDA otorgue una autorización, la vacuna candidata deberá contar con suficientes datos de seguridad de los estudios clínicos, como para que los evaluadores tengan una confianza razonable en el perfil de eventos adversos. Se espera que esos datos provengan de datos de seguimiento de los sujetos del estudio durante un período medio de dos meses.

Hay que tener en cuenta que una vez que la FDA apruebe, probablemente mediante una autorización de uso de emergencia y una primera vacuna está disponible, el reclutamiento de participantes en un estudio clínico frente a placebo puede ser mucho más difícil.

Es habitual durante los ensayos con vacunas que el comité científico independiente del estudio se reúna ante la aparición de posibles efectos adversos, como ha ocurrido con la vacuna de AstraZeneca, cuyo ensayo clínico en varios países fue suspendido durante unos días hasta analizar un caso de efecto adverso en uno de los pacientes en el Reino Unido. La compañía reanudó el ensayo el pasado 12 de septiembre.

Vacunas en investigación en fase 3

Entre las vacunas en investigación que ya están en una fase avanzada de ensayo clínico (fase 3) predominan las basadas en vectores virales. Tres de ellas emplean adenovirus humanos; otras dos, incluida la que desarrolla AstraZeneca, se basan en adenovirus simio, y la restante, en el virus del sarampión.

Los adenovirus se aislaron por primera vez en 1953 en un cultivo de células adenoides humanas. Desde entonces se han aislado más de 100 serotipos, de los cuales aproximadamente 51 son capaces de infectar al ser humano. Las vacunas basadas en adenovirus son rápidas y no muy caras de fabricar.

Ese tipo de vectores de adenovirus ya se han empleado en muchos ensayos clínicos de manera segura. Sin embargo, presentan retos a la hora de diseñar las dosis de refuerzo (boosters), ya que puede verse reducida su eficacia, al hacerse el paciente inmune al vector.

La Agencia Europea del Medicamento otorgó hace pocos meses la autorización de comercialización para una vacuna con vector adenoviral para el virus del Ébola. En diciembre de 2019, la agencia reguladora estadounidense FDA había aprobado otra de vector viral, también frente al virus del Ébola, que usa el virus de la estomatitis vesicular.

Vacunas “clásicas” frente a las basadas en vectores virales

Otras estrategias en la búsqueda de vacunas candidatas sería la investigación de vacunas “clásicas” o tradicionales de virus inactivados o atenuados, esta última es la que está empleando el grupo de investigación español de Luis Enjuanes, del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

 En China, junto a la candidata vacunal basada en adenovirus de CanSino, otra vacuna que sigue avanzando es la de la biotecnológica Sinovac, de virus entero inactivado. Los resultados preliminares se presentaron el pasado agosto y recientemente se ha anunciado el inicio de la fase III, con la que se espera vacunar a 50.000 personas.

Las candidatas que suponen un mayor reto regulatorio son las de RNA mensajero (mRNA), puesto que no se han autorizado nunca hasta la fecha. Es el caso de Moderna, Inc., que tenía a día 4 de septiembre 21.411 personas voluntarias participantes reclutadas en fase III de su ensayo para su vacuna de mRNA.

Podríamos decir que esta “primera generación” de vacunas Covid-19 están orientadas fundamentalmente a la protección de la enfermedad, pero aún es pronto para asegurar que también puedan llegar a frenar la transmisión. En el futuro seguramente se apueste también por otras estrategias de investigación. Ahora mismo, hay otras en fase preclínica, que buscan bien otras dianas antigénicas u otros mecanismos de estimulación y control del sistema inmune para frenar la pandemia.

¿Quiénes recibirán primero la vacuna?

El reclutamiento en los estudios clínicos a nivel mundial está siendo vertiginoso y en España ya ha comenzado la administración de la vacuna de Janssen que está en fase II. Es importante contar con varios países participantes y distintas poblaciones en los estudios. La indicación en ficha técnica recogerá el tipo de población a la que va destinada la vacuna, por ejemplo, según rangos de edad. La FDA recomienda además en sus guías el reclutamiento de minorías étnicas, tales como latinos/hispanoamericanos y afroamericanos, dado que dichas poblaciones están entre las más afectadas por la pandemia de coronavirus. El único grupo para el que no se espera reclutamiento de pacientes por el momento es el pediátrico.

Se ha reconocido la necesidad de que los primeros en recibir la vacuna sean los profesionales sanitarios, pero será difícil establecer los siguientes grupos en orden de prioridad, teniendo en cuenta además los posibles retos en cuanto a la logística de una vacuna que puede requerir dos dosis o condiciones especiales de conservación y distribución, muy difíciles de conseguir en países en desarrollo, ya que algunas de las vacunas candidatas requieren temperaturas de congelación.

La tan deseada “inmunidad comunitaria” se conseguirá, probablemente, por una combinación de adquisición de inmunidad post-infección y la adquirida por la vacunación.

 

Raquel carnero, experta en vacunasRaquel Carnero Gómez.

Farmacéutica, consultora de registros de la industria farmacéutica y Coautora del libro Vacunando. ¡Dos Siglos y Sumando!

 

 

 

Comentar

Tu dirección no será publicada. Campos requeridos marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.