El pasado 4 de agosto, la ciudad de Beirut fue golpeada por dos devastadoras explosiones que arrasaron la mayor parte del puerto de la capital del Líbano. La onda expansiva destruyó viviendas, comercios e instalaciones sanitarias en un radio de más de 5 kilómetros. Para paliar esta crisis, agravada por el COVID-19, el *Fondo de emergencias de Farmamundi, junto a la Generalitat Valenciana y la Xunta de Galicia, ha comenzado a repartir 350 cestas con alimentos y kits de higiene a las familias más vulnerables.
La intervención de emergencia, realizada de la mano de la organización local Mada, se mantendrá hasta final de año y está centrada en la atención a la población de los barrios más desfavorecidos de la ciudad, como Karantina, Bour Hamoud o en Achrafieh, zonas que resultaron muy afectadas por la deflagración que causó casi 200 muertos.
El país se encuentra en una situación cercana a la hambruna, Joan Peris
“Se estima que más de 300.000 personas han perdido sus casas y pertenencias tras la explosión. El país, que ya atravesaba una recesión económica antes de la pandemia, se encuentra ahora además en una situación cercana a la hambruna”, comenta el director de Farmamundi, Joan Peris. Y es que con el parón de la actividad económica, incluida la agricultura y la construcción debido al accidente en el puerto, unido al confinamiento, “el empobrecimiento de gran parte de la población está aumentando”, advierte.
Apoyo complementario a la agricultura local
Además de las prioridades sanitarias, urge material de higiene y alimentos para asegurar las necesidades básicas de la población, especialmente de mujeres, niños y niñas. El precio de algunos bienes básicos se ha incrementado es el último año en más de un 80% y el número de familias dependientes de organizaciones benéficas sigue aumentando exponencialmente como resultado de la profunda crisis económica y financiera, exacerbada por el impacto de COVID-19.
Para apoyar la economía local, Farmamundi y Mada están comprando los productos frescos a los agricultores de Akkar. La agricultura es el principal sector económico de esta región, una de las más vulnerables. De hecho, más de una cuarta parte de la población vivía por debajo del umbral de la pobreza absoluta antes de esta crisis. “Ahora, deben enfrentarse a la reducción de la demanda de producto por parte de la hostelería, de donde sacaban los mayores márgenes, y además el elevado aumento del costo de los insumos importados -semillas, fertilizantes, equipo y bienes fungibles- pone en peligro su capacidad de inversión para la próxima temporada agrícola, que acaba de comenzar”, explica la directora de la Asociación Mada, Delphine Compain.
Ocho toneladas de medicamentos y material sanitario
De forma paralela a esta acción humanitaria, Farmamundi lleva, desde los días posteriores a la explosión, dando respuesta inmediata a la llamada de grandes agencias y organizaciones humanitarias, como es el caso de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y Cruz Roja, que operan sobre el terreno. En este sentido, en total se han enviado ya más de ocho toneladas de ayuda humanitaria.
“Hasta el momento se ha suministrado medicación muy variada, tanto para la atención a los afectados de la explosión como para tratar enfermedades crónicas. Igualmente, se ha enviado material sanitario como sillas de ruedas, andadores, muletas y material de protección frente al COVID-19, para personal sanitario y población en general”, explica Joan Peris. En total, han serán tres envíos los que habrán salido desde la sede central de Farmamundi en Valencia hasta Beirut, el último actualmente en marcha y con salida inminente desde Paterna, con casi cinco toneladas.
