25N – Cinco supervivientes de la mutilación genital femenina nos cuentan su camino para volver a disfrutar de su derecho a la salud afectiva y sexual

25N – Cinco supervivientes de la mutilación genital femenina nos cuentan su camino para volver a disfrutar de su derecho a la salud afectiva y sexual

La mutilación genital femenina es una de las violaciones de los derechos  humanos de mujeres y niñas más crueles que existen en todo el mundo. En la actualidad, más de 200 millones de mujeres han sufrido esta práctica que atenta su salud y sus derechos -sin contar las que han fallecido en el acto o como consecuencia de la mutilación- y, si nada cambia, de aquí a 2030 habrá 68 millones más. Hoy, 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, hablamos con cinco supervivientes de la mutilación genital femenina que nos cuentan su camino para volver a disfrutar de su sexualidad. 

La violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo la violación de los derechos humanos más generalizada en el mundo. Una de cada tres mujeres se ve afectada por algún tipo de violencia a lo largo de su vida. La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.”

Aminata Soucko es técnica de acción social en Farmamundi y presidenta de la Red Aminata, y desde hace años acompaña a mujeres supervivientes de la mutilación genital femenina (MGF) en Valencia. “Mi sexualidad, debido a la mutilación que sufrí y a mi matrimonio forzoso, siempre la he vivido de forma traumática, y no sabía por dónde empezar para solucionarlo. Un día me enteré de que existía una operación para que a las mujeres que habíamos sido mutiladas nos pudieran reconstruir el clítoris y que ese fuera el inicio de nuestra sanación física y también psicológica. Ahora acompaño a otras mujeres que han pasado por mi misma situación para que curen sus heridas y puedan volver a disfrutar de su sexualidad”, comenta Aminata. 

En 2016 se creó el Protocolo de actuación sanitaria ante la mutilación genital femenina en la Comunitat Valenciana y la  Unidad de Referencia para la Cirugía Reconstructiva del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia. Ahí fue cuando Aminata comenzó esta labor de acompañamiento a las mujeres contándoles su experiencia y ayudándolas con las curas postoperatorias y con todo lo que necesitaran. “Acompaño a las supervivientes de forma multidisciplinar, precisen o no reconstrucción del clítoris. La finalidad no solo es recuperar la función sexual, negada por el hecho de nacer mujer, en los países y comunidades donde se realiza la práctica, sino reconstituir a través de ella y de la educación para la equidad de género la auto identidad de estas mujeres, así como su poder de decisión y de elección en el resto de áreas de su vida”, explica Aminata. 

 

El acompañamiento es vital para su bienestar psicológico y físico 

“Aminata sabía que yo estaba mutilada y me explicó lo que era la reconstrucción y cómo había sido el proceso que ella había seguido. Con ella me sentí segura y después de ir por primera vez al Hospital Peset ahora estoy esperando a que me den cita para hacerme la operación. Tengo muchas ganas”, comenta una de las mujeres que participa en el proyecto. “Ella es como de mi familia. Me he sentido muy acompañada haciendo este camino a su lado. Hace casi un año que me operé y me siento muy bien”, apunta otra de las compañeras. 

Procedentes de Guinea Conakry, Mauritania, Nigeria y Malí, estas cinco mujeres son algunas de las más de 30 mujeres que solo durante este año han pasado por la Unidad de Referencia para la Cirugía Reconstructiva, como parte de una iniciativa de Farmamundi y Red Aminata en colaboración con Unidad de Referencia para la Cirugía Reconstructiva del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia, que es posible gracias a la financiación de la Conselleria d’ Igualtat i Polítiques Inclusives de la Generalitat Valenciana, dentro de la convocatoria a proyectos de acción social con cargo al IRPF. 

Desde Farmamundi en este proyecto liderado por Aminata, se acompaña a las mujeres cada vez que tienen que acudir a consulta, se les explica el proceso, se les traduce la información, y se les cuenta cómo será la operación, el cumplimiento de los tratamientos sanitarios y los cuidados de enfermería que necesitan. Aminata es un puente entre el personal médico y las pacientes, para que se sientan entendidas y acompañadas en un proceso que no es fácil. Este acompañamiento y seguimiento es fundamental para la buena recuperación médica y psicológica de estas mujeres. 

“Yo llegué en 2018 embarazada de mi hija. Cuando di a luz no sabía que estaba mutilada, nunca me habían dicho que yo lo había sufrido. Cuando nació mi bebé en el hospital ahí fueron los médicos los que me dijeron que estaba mutilada y que me habían cortado todo. Me contaron lo que era la mutilación y todo lo que significaba. Después de un tiempo me presentaron a Aminata y ella me explicó muchas más cosas sobre la mutilación y por qué no debía mutilar a mi hija, porque era malo y dañaba la salud de las mujeres. Estaba el padre de mi hija delante y ella también se lo explicó a él”, explica otra de las mujeres participantes en el proyecto. 

“Ella me acompañó al hospital para hablar con el ginecólogo y me contaron en qué consistía la operación y qué cambios vería en mi vida. Yo tenía muchas preguntas y ellos me hicieron ver por qué me dolían las relaciones sexuales por ejemplo o porque no tenía deseo sexual. Ya estoy operada y estoy muy contenta con el resultado”, dice sonriente esta mujer animando a otras compañeras a que también se planteen la operación de reconstrucción. 

“Tomar la decisión para mí fue difícil, no por mí sino por lo que iban a pensar en mí comunidad, en mí país. Todas las chicas de mi ciudad están mutiladas y para tomar esta decisión pensé en lo que iban a pensar de mí. Me daba miedo hacérmelo porque yo iba a dejar de ser como mis paisanas. Aminata me contó todos los beneficios y me explicó que yo no tenía que decírselo a nadie, que eso formaba parte de mi intimidad y que si yo quería hacerme la reconstrucción que lo hiciera. Me dijo que era algo que iba a beneficiarme a mí, a mi vida sexual y a mi salud, y que nadie más tenía que decidir sobre eso, solo yo. Ahí tomé la decisión de seguir adelante”, sigue explicando. 

 

Las mujeres vuelven a disfrutar de la sexualidad 

“Aún hay mucho desconocimiento y tabús en torno a la sexualidad femenina, por ejemplo, muchas de las mujeres a las que atendemos no entienden cómo si se corta algo, puede volver a recuperarse. Yo les explico que el clítoris no es solamente la zona exterior, sino que también existe hacia dentro, que mide entre unos 12 a 14 cm”, dice Aminata. 

“Yo decidí hacerme la operación porque pensé que todos los problemas que tenía con mi marido podían ser en parte por eso. Yo no tenía deseo sexual porque para mí el sexo era igual a dolor. Las relaciones sexuales siempre han significado dolor y sufrimiento. Eso ha sido foco de peleas con mi marido. Esto también me ha hecho reflexionar y yo no voy a mutilar a mi hija, no quiero que pase por lo que yo pasé. La operación me ha cambiado la vida. Ahora disfruto de las relaciones sexuales, no hay dolor ni sufrimiento”, cuenta otra de las mujeres. “Antes de la operación no podía tener orgasmos ni disfrutar de las relaciones sexuales, ahora mi vida ha cambiado muchísimo, estoy más feliz y disfruto mi sexualidad junto a mi marido. Hay un 100% de diferencia. Ahora tengo ganas de tener relaciones sexuales y de disfrutar de mi sexualidad”, apunta otra compañera. 

“Ahora me siento yo misma, siento que mi cuerpo ha cambiado, que yo he cambiado. Soy una persona diferente, me siento mejor. Antes de la operación no tenía ningún deseo, ahora disfruto de las relaciones sexuales. La operación vale la pena hacerla, te cambia tu vida por completo”, comenta también otra de las mujeres. 

 

Aminata Soucko, técnica de acción social de Farmamundi, en una de sus últimas visitas a Malí, su país de origen, junto a mujeres de su comunidad sensibilizando para acabar con la práctica de la MGF.

 

Las supervivientes son referentes para otras mujeres 

Es muy importante curar las heridas psicológicas y los traumas de las mujeres que han sufrido esta práctica. Las supervivientes del proyecto están en un proceso de empoderamiento con la finalidad de que puedan ellas mismas ayudar a muchas otras a que también se sientan mejor. 

“Yo cuando fui de vacaciones a mi pueblo le conté a mi madre lo que era la mutilación y por qué no se debía mutilar a ninguna niña más. Mi familia me ha entendido. Mi padre además es médico y me entendió perfectamente. Yo disfruté de mis vacaciones y nadie me presionó ni me preguntó porqué yo no había mutilado a mis hijas. Lo entendieron” 

“En España es muy importante que otras mujeres sepan sobre la operación porque les va a cambiar la vida, van a disfrutar de su sexualidad. Hay muchas mujeres que no saben lo que es el orgasmo y que para ellas las relaciones sexuales son sinónimo de dolor. Por eso es importante que ellas sepan que existe esta operación y que con ella mejorarán muchos aspectos de su salud. Ahora nosotras que nos hemos operado podemos ser referentes para otras mujeres que nos vean como ejemplo. El futuro también va a ser mejor para nuestras niñas”, concluye emocionada una de las mujeres. 

 

Comentar

Tu dirección no será publicada. Campos requeridos marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.