“En las calles, en el hogar, en las escuelas… Las mujeres callamos diversas violencias que nos afectan. Es tiempo de prender el fuego de nuestras voces, para exigir que el Estado garantice plenamente nuestros derechos”. En las radios de los hogares de la periferia de Lima y comunidades andinas y de la selva central peruana suena esta llamada a la acción.
“Por nuestras abuelas, por nuestras madres, por nosotras…”, se escucha. Este es uno de los mensajes de PRENDE (Prevención, Encuentro, Derechos), un proyecto liderado por organizaciones feministas y de cooperación internacional en Perú que apuesta por construir desde abajo un sistema de cuidados y prevención de la violencia de género con enfoque intercultural, transformador y profundamente feminista.
La iniciativa, ejecutada por Farmamundi, junto a Entrepueblos, DEMUS y Flora Tristán, y financiada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, lleva desde 2023 actuando en Lima Norte y la región de Junín, zonas profundamente afectadas por la desigualdad estructural, la precarización del cuidado y las múltiples formas de violencia contra las mujeres y adolescentes.

Un convenio que enciende resistencias
En un contexto de inseguridad ciudadana, retrocesos institucionales y crisis democrática, PRENDE ha sabido abrir espacios de resistencia, diálogo y transformación desde abajo, poniendo en el centro la vida digna de mujeres, adolescentes y comunidades enteras. Y lo seguirá haciendo durante el próximo año.
“El enfoque va más allá de la denuncia. Se trata de construir redes comunitarias de cuidado y protección, fortaleciendo a organizaciones sociales locales, capacitando operadores públicos, promoviendo cambios culturales y exigiendo políticas públicas efectivas”, resume la representante de Farmamundi en Perú, Mar Alonso
Hoy acompaño a otras mujeres para que no se queden calladas. Queremos un Perú sin violencia, sin anemia para los niños, sin extorsiones. Un Perú libre para salir a la calle sin miedo”, Clotilde Ríategui
Escuelas feministas y servicios públicos más preparados

En sus tres primeros años, PRENDE ha fortalecido el tejido organizativo de mujeres y adolescentes mediante escuelas Feministas y talleres comunitarios, donde se elaboraron agendas locales de igualdad. Clotilde Ríategui, integrante de la olla común Mujeres Organizadas de Carabayllo, es un ejemplo de cómo estas acciones logran cambios significativos no sólo en las personas sino en las comunidades. “Antes solo iba de mi casa al trabajo. Pero gracias a los talleres empecé a conocer mis derechos, a sentirme libre. Hoy acompaño a otras mujeres para que no se queden calladas. Queremos un Perú sin violencia, sin anemia para los niños, sin extorsiones. Un Perú libre para salir a la calle sin miedo”.
Y es que, en este tiempo, 263 lideresas de 85 organizaciones han participado en procesos formativos de igualdad de género y liderazgo comunitario que han concluido en la construcción de agendas para la igualdad. han recibido formación en igualdad de género y liderazgo comunitario. En total más de 4.730 personas han participado en diferentes procesos durante estos años.
Al mismo tiempo, el proyecto ha reforzado los servicios públicos de salud, educación y justicia, con la capacitación de más de 293 promotoras de salud y la implementación de la Cámara Gesell en Huancayo, un hito importante que garantiza que el sistema judicial escuche a las víctimas de violencia de género en un entorno seguro y protegido, asegurando su derecho a declarar sin el riesgo de revictimización.
Comunicación feminista e incidencia política
Conscientes de que no basta con leyes y protocolos, la iniciativa de cooperación para el desarrollo impulsada por Farmamundi y el resto de organizaciones socias ha apostado por una estrategia de comunicación transformadora. Nacida de un diagnóstico participativo, la marca social PRENDE se ha convertido en una llamada a la acción a través de redes sociales, cuñas radiales y campañas públicas.
En el ámbito político, el proyecto ha elaborado el informe de seguimiento del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, participado en la Corte Interamericana de Derechos Humanos e impulsado la presencia activa en las grandes movilizaciones feministas (8M, 25N, 28S), así como el encuentro nacional feminista y de América Latina (en El Salvador), que implica visibilizar las desigualdades, incidir en políticas públicas de igualdad y crear lazos de apoyo y resistencia.
“Más que un convenio de cooperación, este proyecto es un ejercicio de resistencia, de memoria y de futuro”, Mar Alonso.
Una apuesta de futuro
La violencia basada en género en Perú tiene raíces estructurales, reforzadas por imaginarios sociales y brechas en los servicios públicos. PRENDE propone un cambio de modelo que combina organización comunitaria, políticas públicas, y justicia social desde la voz de las mujeres.
“Más que un convenio de cooperación, este proyecto es un ejercicio de resistencia, de memoria y de futuro. La iniciativa demuestra que cuando las mujeres se organizan, los feminismos se articulan con lo comunitario, y la sociedad civil se encuentra con el Estado, es posible transformar realidades, defender derechos y construir un sistema de cuidados que ponga la vida en el centro”, concluye Mar Alonso.