Ecuador | Tecnología y saberes ancestrales en un laboratorio piscícola en la Amazonía

Ecuador | Tecnología y saberes ancestrales en un laboratorio piscícola en la Amazonía

En medio de la densa selva de la Amazonía ecuatoriana, en la provincia de Pastaza, una iniciativa innovadora ha sembrado semillas de esperanza y transformación. Entre sus logros, destaca la puesta en marcha de un laboratorio para la reproducción de peces amazónicos, una infraestructura única en su tipo que fortalece tanto la soberanía alimentaria como la recuperación de especies nativas en peligro de extinción. La desnutrición crónica en Ecuador afecta a un 19,3% de los niños y niñas indígenas menores de dos años, según datos de la Organización Panamericana de la Salud.

Este espacio, gestionado por las comunidades y fruto de una alianza entre el Instituto Quichua de Biotecnología Sacha Supai (IQBSS) y el Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana (IIAP) en alianza con Farmamundi, forma parte de una estrategia integral que articula tecnología, conocimiento ancestral y compromiso comunitario. Gracias a este laboratorio y a 45 estanques piscícolas comunitarios, las familias de cinco pueblos Kichwa ahora producen pescado para el consumo familiar y la comercialización, con beneficios nutricionales, ecológicos y económicos.

Soberanía alimentaria en la Amazonía ecuatoriana

soberania alimentaria EcuadorDesde 2023 Ecuador enfrenta una combinación grave de crisis política, económica, sanitaria y climática. La disolución del Congreso, el aumento de la violencia, la contracción económica y fenómenos climáticos extremos han golpeado con fuerza a las comunidades más vulnerables del país. En este escenario adverso, el acceso a una alimentación adecuada y a servicios de salud se ha vuelto aún más limitado, especialmente en zonas rurales de la Amazonía como Pastaza.

El proyecto ha respondido directamente a estos desafíos, centrándose en las mujeres Kichwa como protagonistas del cambio.Desde un enfoque comunitario e intercultural, hemos aportado soluciones sostenibles que han unido producción, salud y organización colectiva en 37 comunidades de los pueblos ancestrales Kichwa de Canelos, Curaray, Kawsak Sacha, Río Anzu y Teresa Mama, ubicados en los cantones de Pastaza y Arajuno, provincia de Pastaza. En total, más de  3.700 personas (1.807 mujeres y 1.896 hombres) han participado activamente en esta iniciativa”, afirma el responsable de Farmamundi en Ecuador, Jorge Irazola.

Diversificación productiva 

Otra de las piedras angulares del proyecto ha sido la revalorización de prácticas agrícolas tradicionales a través de la producción agroecológica. Las chacras biodiversas (sistemas agrícolas tradicionales que combinan cultivos diversos en un mismo espacio para una producción sostenible y adaptada al entorno), han permitido cultivar más de 127 toneladas de alimentos, incluyendo el chicatzu muyu, un fruto amazónico rico en nutrientes que también fue transformado en más de 5.000 litros de aceite Wira Omega 3.

Irazola explica que el enfoque ha ido más allá de la producción. “Un total de 60 mujeres han recibido formación técnica en siembra, cosecha, postcosecha y comercialización, y se han constituido cuatro asociaciones de mujeres productoras. Estos espacios no solo fortalecen la autonomía económica de las participantes, sino también su liderazgo organizativo y su rol como tomadoras de decisiones en sus comunidades”.

Salud y nutrición desde las comunidades

La salud siempre es otro eje esencial. En un territorio con limitado acceso a servicios médicos, se ha conformado una red de promotoras y brigadas de salud intercultural que han brindado atención a más de 440 mujeres en edad fértil y 580 niñas y niños menores de cinco años. Se han realizado controles nutricionales, se han difundido mensajes de prevención a través de la radio y se han realizado talleres con materiales culturalmente pertinentes en kichwa y castellano.

Una de las innovaciones ha sido la recuperación de las Purinas, espacios ancestrales de aislamiento y cultivo que fueron activados como estrategia de prevención durante y después de la pandemia. Además, se han formado 30 jóvenes comunicadores indígenas, quienes hoy conforman la Red Iluku Comunicaciones, dedicada a difundir narrativas propias sobre salud, territorio y alimentación desde las comunidades.

Alianzas para la sostenibilidad

Esta iniciativa ha destacado por su enfoque colaborativo. “A nivel binacional, la alianza entre IQBSS e IIAP (Perú) ha permitido la transferencia de conocimientos en piscicultura, incluyendo capacitaciones intensivas para 14 jóvenes en reproducción asistida de peces amazónicos. A nivel local, hemos trabajado con gobiernos parroquiales, instituciones educativas y centros de salud para integrar acciones y fortalecer procesos de salud y producción desde una visión territorial y culturalmente arraigada”, detalla el coordinador del IQBSS, Víctor Vacacela.

salud y soberania alimentaria EcuadorPrincipales logros:                                                 

  • 123 familias han iniciado proyectos agrícolas y piscícolas encaminados a aumentar sus niveles de seguridad alimentaria.
  • Puesta en marcha de un laboratorio de peces amazónicos, con enfoque en sostenibilidad alimentaria y conservación de especies.
  • Producción agroecológica de 127 toneladas de alimentos y más de 5.000 litros de aceite Wira Omega 3.
  • Formación y organización de 60 mujeres productoras y 60 hombres en piscicultura y agroecología.
  • Conformación de 4 asociaciones de mujeres con mecanismos de financiamiento solidario.
  • Red de salud comunitaria que ha atendido a mujeres, niñas y niños, con enfoque de corresponsabilidad.
  • Creación de la Red Iluku Comunicaciones, con 30 jóvenes capacitados en producción audiovisual y difusión territorial.

Todos estos logros y el proceso transformador ha sido posible gracias al proyecto: “Mejora de capacidades productivas de mujeres Kichwa de Pastaza, preventivas de vulnerabilidad nutricional, en contexto COVID-19. Ecuador”, realizado por el Instituto Quichua de Biotecnología Sacha Supai (IQBSS) en coordinación con Farmamundi, y con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Mirando hacia el futuro: aprendizajes y desafíos

La experiencia desarrollada en Pastaza deja aprendizajes clave para futuras intervenciones en territorios amazónicos. Uno de los desafíos persistentes es la necesidad de consolidar los procesos organizativos comunitarios y los liderazgos de las mujeres, más allá de los ciclos de financiación. “Hemos identificado la importancia de fortalecer el acompañamiento técnico continuo, especialmente en piscicultura, para garantizar sostenibilidad y autonomía en la gestión de los estanques y el laboratorio”, prosigue Vacacela.

Asimismo, se ha revelado la necesidad de mejorar la articulación con instituciones públicas, como gobiernos locales y servicios de salud, para asegurar la permanencia de las acciones y escalar sus resultados.

Entre las recomendaciones destacan la incorporación de mecanismos de control participativo con indicadores culturales, el uso sostenido de la comunicación comunitaria como herramienta de incidencia, y el diseño de estrategias de salida que fortalezcan las capacidades locales y eviten la dependencia externa. “En definitiva, apostamos por proyectos arraigados en los territorios, con enfoque de género, interculturalidad y sostenibilidad, esenciales para transformar estructuralmente las condiciones de vida en la Amazonía ecuatoriana”, concluye Vacacela.