En el Día Mundial de la Salud Mental, que celebramos cada año el 10 de octubre, queremos seguir concienciando sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y movilizar e impulsar medidas que la protejan y promuevan como derecho humano universal.
Te contamos dos iniciativas en la atención a la salud mental, una de ellas en Perú, desde el ámbito comunitario, y en Etiopía, en un contexto de conflicto armado y de emergencia, donde ponemos el foco en el tratamiento de los traumas psíquicos desde un enfoque clínico-psiquiátrico y en cómo procesar el duelo colectivo, contribuyendo a la recuperación temprana y la construcción de una paz duradera.
Salud mental comunitaria en Perú:
En Perú una nueva mirada sobre salud mental se está abriendo paso desde hace algunas décadas: la atención comunitaria que reconoce el impacto que tiene el entorno en todas y cada una de las personas.
Farmamundi y sus socias abordan en sus programas la salud mental comunitaria, que es la encargada de trabajar fuera de los centros de salud, centrando la atención en la comunidad, fortaleciendo la promoción y protección de la salud mental, así como brindar continuidad en el cuidado de la salud de las personas, familias y colectividades con problemas psicosociales y/o trastornos mentales, desde un enfoque territorial y con la participación protagonista de la propia comunidad.
«En 2015 empezó a formarse en Perú el modelo de salud mental comunitaria con la aprobación de una nueva ley (Ley N.º 30947) que contribuía a la mejora de la salud mental y calidad de vida de la población, transformando el modelo de atención hospitalaria en uno más comunitario, en particular para aquellas personas con trastornos mentales y/o problemas psicosociales, sus familias y su comunidad, facilitándoles el acceso a servicios de salud y a acciones sanitarias de salud mental a través de los Centros de Salud Mental Comunitaria (CSMC)», explica la responsable de Farmamundi en Perú, Mar Alonso.
Capacitar a agentes comunitarias de salud
En el 2015 se inauguraron los primeros 24 CSMN el país, y en el 2018 el Ministerio de Salud aprobó el Plan Nacional de Fortalecimiento de Servicios de Salud Mental Comunitaria 2018-2021, lo que ha permitido contar con 277 centros en todas las regiones del Perú a día de hoy.
Los y las profesionales multidisciplinares que trabajan en los CSMC: psicólogos/as, farmacéuticos/as, trabajadores/as sociales, médicos/as de familias… se encargan también de romper estereotipos arraigados en su comunidad trabajando más allá de las paredes del establecimiento. Para ello, participan en la comunidad mediante visitas domiciliarias, actividades vecinales o talleres en las instituciones educativas, lo que les permite encontrar personas que necesitan atención, pues en los tamizajes abordan distintas problemáticas que incluyen la violencia de género, bullying o adicciones.
Además, para promover la educación y la prevención de la salud mental, también se capacitan a agentes comunitarias de salud, que son personas voluntarias elegidas o reconocidas por su comunidad, para promover la psicoeducación y prevención en su distrito.
Prevención y atención de la violencia de género en los CSMS
Es así que se forman alianzas y se trabaja conjuntamente con otras instituciones del Estado, organizaciones como Farmamundi y sus socias, y actores sociales del territorio. En el caso de la violencia de género, articulan con el apoyo de los Centros de Emergencia Mujer (CEM), un servicio público especializado y gratuito de atención integral y multidisciplinaria, para víctimas de violencia de género, integrantes del grupo familiar y personas afectadas por violencia sexual.
El 55% de las personas que reciben atención en los CSMC son mujeres, de las cuales el 32% son mujeres adultas. «Pero a pesar de ello, el 42% de estos centros no ha formulado alguna denuncia por violencia, lo que respondería a las dificultades en la identificación relacionada a la atención de casos por depresión y ansiedad que son los mayoritarios y que podrían corresponder y estar estrechamente relacionados con episodios de violencia. Por ello, es importante que se realice una adecuada vinculación de este tipo de trastornos emocionales; a fin de determinar si responden a cuadros de violencia a la mujer», prosigue Mar Alonso.
En ese sentido, para Farmamundi Perú y sus socias Flora Tristán y Descocentro, «el rol de este sector es clave por lo que se cuentan con programas especializados que contribuyen en la mejora de capacidades de los y las profesionales de los CSMC con la finalidad de identificar, manejar y prevenir la violencia basada en género desde una perspectiva interdisciplinaria y sensible a la diversidad cultural, así como identificar y reconocer los canales y flujos de atención entre todos los involucrados», concluye Alonso.
La atención a la salud mental en contextos de conflictos armados
Se calcula que, a escala mundial, una de cada cinco personas que viven en zonas afectadas por conflictos armados padece algún trastorno mental, siendo más vulnerables las personas con enfermedades mentales preexistentes, personas desplazadas, del colectivo LGTBIQ+ y menores de edad cuyo desarrollo cognitivo, emocional, social y físico se ve afectado con consecuencias duraderas para su futuro. Las mujeres en conflictos armados se enfrentan al trauma psíquico por la utilización de violencia sexual y basada en género como arma de guerra para atentar contra la capacidad reproductiva de la comunidad.
Etiopía sufre una grave crisis humanitaria, el país se enfrenta a la recuperación tras el fin de la Guerra de Tigray y el conflicto armado con milicias que continua activo en el norte del país (regiones de Tigray, Amhara).
La población más vulnerable se encuentra gravemente afectada por el trauma psíquico derivado del conflicto, la vulneración sistemática de los derechos humanos y la violencia sexual y basada en género utilizada como arma de guerra. Un estudio de 2023 revela que el 43% de las mujeres de Tigray sufrieron al menos un tipo de violencia de género con una alta incidencia de las violaciones grupales- 68% de los casos. “La mayoría de las supervivientes (90%) no recibió ningún tipo de ayuda médica ni psicológica tras la agresión y encuentran barreras para acceder a los tratamientos necesarios debido a la falta de personal, medicamentos y servicios específicos y la estigmatización y la discriminación generalizadas”, explica la responsable de acción humanitaria en Farmamundi, Tania Montesinos.
Etiopía tiene cinco veces menos personal especializado en salud mental que la media mundial, lo que sitúa al país incluso por debajo de la media de los países de renta baja. Por lo tanto, la atención al trauma de estrés postraumático-TEPT se delega e a las estructuras comunitaria y religiosas no especializadas y con alto riesgo de desarrollar trauma vicario y burn out.
Estrategia para la atención psicosocial en Etiopía
La estrategia de la acción humanitaria de Farmamundi en el país busca dar una respuesta de salud integral, poniendo el foco en la salud mental para tratar los traumas psíquicos desde un enfoque clínico-psiquiátrico y procesar el duelo colectivo, contribuyendo a la recuperación temprana y la construcción de una paz duradera.
“A través de los proyectos financiados por la AECID, Agencia Vasca de Cooperación y Solidaridad, la Generalitat Valenciana y la Xunta de Galicia desarrollamos una respuesta humanitaria enfocada a la salud mental con la elaboración de manuales específicos en atención y terapia del trauma y estrés postraumático adaptados culturalmente a las regiones afectadas por el conflicto (Amhara, Tigray, Afar) y la posterior formación en trauma post-conflicto a través de psiquiatras especializados al personal sanitario público”, prosigue Montesinos.
A su vez, “desarrollamos acciones que ponen el foco en la psicoeducación comunitaria para contribuir a la superación de los traumas psíquicos, apoyando la creación de espacios seguros para mujeres y niñas para el acompañamiento del proceso de duelo colectivo resultante del conflicto armado como manera para mejorar la salud mental de las personas afectadas y, paralelamente, contribuir a consolidar una paz duradera”, finaliza Montesinos.
Farmamundi trabaja la atención a la salud mental en Perú junto a la Generalitat Valenciana y Descocentro para el desarrollo de políticas y estrategias inclusivas de recuperación basadas en la cohesión social, promoviendo la coordinación interregional entre instituciones y sociedad civil para la respuesta y reactivación de los servicios públicos esenciales afectados por la crisis sanitaria COVID19 en los sectores de población más vulnerable de los departamentos de Huancavelica y Junín. Y también el Convenio financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y en coordinación con nuestra social local CMP Flora Tristán y DEMUS en consorcio con Entrepueblos: Feminismo articulado restituye derechos de las mujeres, niñas y adolescentes desarrollando sistema de prevención de violencias y cuidados. |