¿Qué ocurre cuando nos reunimos para compartir y construir saberes y experiencias sobre salud comunitaria entre diferentes países y culturas? Esta es la pregunta que quisimos contestar en el presente vídeo que muestra los resultados del plan de sensibilización de diálogos interculturales entre Kukra River (desde donde participan 15 comunidades rurales del municipio de Bluefields, en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur -RACCS-, de Nicaragua) y València en torno a la salud comunitaria; financiado por la concejalía de Cooperación, Desarrollo y Migración del Ayuntamiento de València y con el apoyo de la asociación Acción Médica Cristiana–AMC, en Nicaragua.
Este proceso, iniciado en 2020, permitió la interrelación sur – norte global para enriquecer las redes de aprendizaje mutuo entre agentes de salud de base comunitaria (ASBC) de Nicaragua y València que trabajan en temas como la salud materno-infantil, la atención a población migrante, refugiada, supervivientes de mutilación genital femenina, etc., y el reconocimiento de los servicios sanitarios como espacios de convivencia y respeto de la diversidad, el género y la interculturalidad.
Culminamos así un plan de sensibilización que ha contado con diferentes actividades como un curso formativo de tres sesiones en torno a los conceptos de Derechos Humanos y Derecho a la Salud, la salud global y glocal, la interculturalidad y la salud comunitaria desde la Cooperación para el Desarrollo con estudiantes del Máster de Cooperación Internacional al Desarrollo de la UV y la UPV. Así como cuatro conversatorios en los que han participado más de 170 estudiantes de la comunidad universitaria valenciana de la rama sociosanitaria y otros agentes del tejido asociativo valenciano.
Resultados y conclusiones
Se crearon espacios reflexivos sobre el concepto de salud, desde donde acercar otras realidades y reflexionar sobre el compromiso, la acción y la responsabilidad de las comunidades; las personas y los y las futuras profesionales de la salud en el marco de los derechos humanos.
- La puesta en valor de la salud comunitaria
Es fundamental para abordar los nuevos retos de los sistemas de salud, contribuyendo a la transformación de la salud pública, que centra la atención de la población en la persona como ser individual y no como ser colectivo que forma parte de una familia, grupo social, comunidad y territorio con características culturales y necesidades específicas.
La salud comunitaria busca mirar a la población no como objetos sino como miembros activos que contribuyen a incrementar el control sobre su salud para mejorarla. Y también la acción comunitaria que permite tener en cuenta no solo la responsabilidad personal sino la capacidad de identificar la influencia de las condiciones del entorno (estructura social, política, económica y ambiental) que mejora o disminuye su salud.
- La salud comunitaria para reducir las desigualdades
Es una herramienta de lucha para reducir las desigualdades ligadas al género, el territorio, la raza, la migración, el país de origen o la clase social de poblaciones y colectivos sociales en situación de vulnerabilidad social. Todo ello gracias al trabajo con y desde las comunidades mediante un proceso de prevención y atención respetuosa de la diversidad y sus valores culturales, sociales y medio ambientales para mejorar su bienestar.
- El papel de los y las agentes de salud de base comunitaria
Es trascendental por su contacto directo con la comunidad fuera del entorno sanitario y ha constituido una disciplina dentro de los cuidados. Entre sus funciones pueden estar la traducción, la interpretación cultural, la mediación, resolución de conflictos y la capacidad de interlocución con diferentes sectores y liderazgos de las comunidades. Pero su actuación va más allá de ellas y sus tareas se realizan tanto en el ámbito asistencial como comunitario.
- Un puente entre las comunidades y las instituciones sanitarias
Las agentes sociales de base comunitaria actúan como puente entre el sistema sanitario, las asociaciones sociales y la comunidad. Contribuyen a mejorar la difusión de información, la formación y el conocimiento de las iniciativas y recursos entre las partes y dinamizan acciones de promoción de la salud desde una relación entre iguales y con la utilización de la comunicación como estrategia para el cambio.
- La promoción de la participación y el bienestar colectivo
Actualmente, existen diversas iniciativas en el mundo, tanto en países del sur como del norte global, en entornos rurales y urbanos, donde la ciudadanía es la protagonista del cuidado de la salud. La promoción de la salud es una estrategia poderosa para el desarrollo de políticas públicas saludables, de entornos y espacios saludables; fomenta la participación comunitaria, el desarrollo de habilidades personales y reorienta los servicios de salud.
“Lo que aporta una agente de salud de base comunitaria es la calidad de la participación de las comunidades y de las personas en el sistema sanitario para que puedan actuar como las protagonistas del cuidado de su salud” (Lilian, agente de salud de base comunitaria en València).