En El Salvador, cada día hay 28 niñas y adolescentes embarazadas, según datos facilitados por el Ministerio de Salud. Este país centroamericano ha logrado avances significativos en salud en los últimos años, como el aumento de la esperanza de vida o la reducción de la mortalidad infantil. Sin embargo, tiene grandes desafíos como la prevención del embarazo en niñas y adolescentes, así como de la violencia contra las mujeres. Según datos del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, El Salvador es uno de los 50 países del mundo con las mayores tasas de embarazo en niñas entre 10 y 14 años.
En respuesta a esta problemática el gobierno salvadoreño implementa una estrategia de prevención del embarazo adolescente, para garantizar derechos tales como la educación, la salud, incluida la salud sexual y reproductiva; la provisión de condiciones para una vida digna y la protección de la integridad personal.
A esta estrategia nos sumamos desde hace varios años junto a la Asociación Salvadoreña de Promotores Comunales (APROCSAL) y con la financiación del Ayuntamiento de València,con acciones en servicios de salud y educación para su prevención, donde los jóvenes son protagonistas y se promueve su participación activa. También incidimos en la identificación precoz de la violencia sexual en la adolescencia con la promoción del ejercicio activo de sus derechos sexuales y reproductivos.
Tasa de fecundidad solo superada por África
América Latina y el Caribe es la segunda región a nivel mundial con la mayor tasa de fecundidad adolescente con un promedio de 66 nacimientos por cada 1000 mujeres entre 15 y 19 años, siendo superada solo por África, que presenta una tasa de 98 nacimientos por cada 1000.
“Este proyecto, en el que participan unas 3.000 personas, se está desarrollando en el municipio de San Juan Opico, en el departamento de La Libertad, una de las zonas con mayor índice de embarazos adolescentes del país y también de violencia. En 2022, último año con datos oficiales del gobierno salvadoreño, se contabilizaron 159 niñas y adolescentes embarazadas en el municipio y un total de 71 mujeres fueron asesinadas en el país. Estas cifras situan la tasa de feminicidios en El Salvador en 1.6 por cada 100,000 habitantes mujeres, la tercera más elevada en el continente americano después de Honduras y República Dominicana, lo que hace imprescindible actuar”, detalla Emilio Oriola, responsable de los proyectos de cooperación en Farmamundi.
Los embarazos en adolescentes se consideran un problema social y de salud pública, debido a los riesgos en la etapa de gestación y del parto, así como las consecuencias económicas y sociales de las madres.
La incidencia de uniones y embarazo en niñas y adolescentes en el mundo y en particular en El Salvador es un problema no solo de salud sexual y reproductiva sino de derechos humanos, con un importante componente que reproduce las relaciones de poder, así como las desigualdades y la violencia de género. “Por ello, impulsamos programas de formación para personal sanitario y educativo, de vigilancia social, así como campañas de sensibilización y comunicación, sobre todo con la comunidad adolescente, para reducir los elevados índices de embarazo y prevenir la violencia contra las mujeres”, apunta Lidia Jiménez, expatriada y responsable de Farmamundi en El Salvador.
La educación y la sensibilización, grandes aliadas
En El Salvador y en materia de educación, el acceso y la calidad de los servicios educativos sigue siendo un gran reto para el Estado Salvadoreño. Con más de 6.000 centros educativos, la oferta se centra en la educación básica, con un nivel de matrícula cercano al 90%. Mientras, en los niveles de tercer ciclo y educación media el indicador baja a 65% y 38% respectivamente, siguiendo los mismos parámetros en las mujeres.
“Las niñas y adolescentes son quienes se encuentran en mayor riesgo de experimentar algún tipo de agresión sexual, llegando a su cúspide entre los 10 y 14 años, grupo en el cual se presenta el mayor número de denuncias. Además, gran parte de estas agresiones ocurre dentro de la misma familia, en más de un 23% de los casos, especialmente por padres, padrastros, tíos, primos y abuelos, entre otros, demostrando aún más lo arraigado de estas prácticas en la sociedad salvadoreña”, prosigue Jiménez, que añade, además, que estas cifras no reflejan la verdadera realidad del problema debido al fenómeno de la no denuncia de estos actos, en parte explicado por la percepción de normalidad de la violencia.
Desafíos para reducir los embarazos adolescentes y la violencia
Por ello, APROCSAL y Farmamundi ponen en marcha y refuerzan espacios de socialización, sensibilización y diálogo a nivel familiar, escolar y comunitario, para de-construir los idearios socio-culturales de los comportamientos y actitudes violentas altamente aceptados dentro de la población salvadoreña. “Es urgente diseñar mecanismos que permitan lograr cambios duraderos y significativos para promover una cultura de paz desde el ámbito familiar, teniendo en cuenta que dentro de la legislación nacional se considera a la familia como un ente que juega un rol fundamental en la sociedad”, explica Oriola.
Ambas organizaciones dedican mucha atención a desarrollar un plan de capacitación para adolescentes y jóvenes en Educación Integral de la Sexualidad, violencia contra las mujeres, construcción de nuevas masculinidades, plan de vida, participación ciudadana y vigilancia social para el reconocimiento de sí mismas/os como sujetas/os de derechos y su corresponsabilidad e implicación en la divulgación de estos derechos.
El plan emplea metodologías interactivas y participativas, que promueven la reflexión y el diálogo en un espacio de confianza y respeto. Además, hace uso del arte y el juego como medio de aprendizaje y desarrollo personal entre otras herramientas, para el desarrollo de habilidades sociales y empoderamiento en equidad. “Nuestras adolescentes y jóvenes son las principales impulsoras de las acciones de la campaña comunicacional. A través de las nuevas tecnologías y las redes sociales informan, comunican y promueven comportamientos saludables para la prevención del embarazo, la violencia y otros temas de salud sexual y reproductiva. El camino es largo, pero vamos por la senda correcta”, concluye Jiménez.
Farmamundi desarrolla proyectos de salud integral junto a otras entidades en El Salvador desde hace más de 20 años, gracias al apoyo de instituciones valencianas, centrados sobre todo en la prevención del embarazo adolescente, la violencia contra las mujeres, el acceso a medicamentos, farmacovigilancia y la prevención epidemiológica con acciones llevadas a cabo sobre todo en los departamentos de La Libertad, Morazán y Usulután.