Desde Farmamundi alzamos la voz, una vez más, ante la brutal crisis humanitaria que atraviesa Gaza. Lo que allí ocurre no es fruto de una catástrofe natural o accidental. Estamos siendo testigos de un ataque sin precedentes ante la mirada tibia de la comunidad internacional. El bloqueo asfixiante, los bombardeos continuados y el uso de la violencia y el hambre como arma política y de guerra está estrangulando a más de dos millones de personas. Y, en este proceso agonizante, el conflicto apaga cada día varias vidas, las de aquellos que nunca debieron haberse visto envueltos en la contienda, especialmente las niñas y niños.
Desde el reinicio de los bombardeos tras la ruptura del alto el fuego en marzo de 2025, al menos 183 menores han muerto, y miles más han resultado heridos o han perdido a sus familias. La infancia gazatí está golpeada por el miedo constante, la desnutrición severa y la falta total de acceso a educación, atención sanitaria y espacios seguros. Estamos ante una generación que seguro quedará marcada por el trauma y con un futuro desolador.
Bloqueo de alimentos, medicamentos y combustible
Desde el 2 de marzo de 2025, Israel ha cerrado todos los cruces fronterizos con Gaza, suspendiendo la entrada de alimentos, agua potable, medicamentos y combustible. Más del 80% de la población sufre inseguridad alimentaria severa, los hospitales están colapsados y sin suministros, y miles de niñas y niños manifiestan signos de desnutrición aguda. La hambruna ya no es una advertencia, es una realidad en aumento.
Según la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria, más del 90% de la población gazatí está en niveles de inseguridad alimentaria aguda, y alrededor de 345.000 personas en una situación de hambre extrema. La escasez de harina, un ingrediente básico para la producción de pan, ha llevado al cierre de las panaderías, lo que limita la disponibilidad de alimentos básicos para la población, exacerbando la crisis humanitaria.
Además, el bloqueo terrestre, marítimo y aéreo impuesto desde hace años, intensificado en los últimos meses por el recrudecimiento del conflicto, impide la entrada fluida de ayuda humanitaria. A pesar de los compromisos internacionales, la asistencia apenas consigue traspasar los controles, mientras la población queda atrapada sin escapatoria.
Frente a esta tragedia, en Farmamundi hemos redoblado nuestros esfuerzos para hacer llegar asistencia vital. Gracias a la colaboración con organizaciones locales y a nuestra experiencia en contextos de emergencia, en el último año hemos enviado más de 43 toneladas de medicamentos, material sanitario y suplementos nutricionales, junto con equipos de respuesta médica para atender a los más afectados. Además, hemos colaborado con nuestros socios locales, Labour Resources Center, distribuyendo kits nutricionales a miles de personas en Gaza, en su mayoría desplazadas internas, y garantizado la atención sanitaria en las zonas más vulnerables.
Sin embargo, nuestra acción humanitaria –como la de muchas otras organizaciones– se ve limitada por el contexto hostil y por la falta de voluntad política para permitir corredores humanitarios seguros y permanentes. No podemos hacer esto solos. El mundo no puede seguir mirando de forma pasiva mientras Gaza se apaga. Es fundamental que la comunidad internacional actúe de manera urgente para que se ponga fin de forma inmediata al castigo colectivo que sufre la población palestina con un alto el fuego permanente. Y también un acceso de la ayuda suficiente, seguro, sostenido y sin obstáculos, que nos permita a las organizaciones humanitarias cumplir con nuestro mandato. Los derechos humanos y la vida de los civiles deben ser una prioridad dentro de la agenda política.
Foto de portada: Miles de personas retornan al norte de Gaza tras el alto el fuego de enero 2025. Hosny Salah @hosnysalahl.