Nicaragua está inmersa desde el pasado 18 de abril en una crisis sociopolítica iniciada con protestas populares contra la reforma del Seguro Social en el país, que pretendía aumentar la cuota patronal y laboral y crear una nueva cotización para los jubilados. Hoy, 30 de mayo, está convocada la tercera gran marcha para demandar un cambio de gobierno en Nicaragua acompañando a las madres de abril, quienes han perdido hijos durante las protestas por un cambio de gobierno. A fecha del 29 de mayo, se han contabilizado 85 muertos, más de 100 desaparecidos, y más de 900 heridos.
Nuestro compañero Carlos Berríos, coordinador de la sede permanente de Farmamundi en Nicaragua, nos cuenta con máxima preocupación la represión que sufre la ciudadanía y la paralización momentánea de algunos de los proyectos de salud que la ONG mantiene en el país. “De los cuatro proyectos que tenemos en marcha, solo se están realizando acciones que no dependen de recursos institucionales (Ministerio de Salud, alcaldía, otros). En Matagalpa, estamos pendientes de iniciar un nuevo proyecto que tiene un componente de salud muy elevado y que se está retrasando por la situación de inseguridad que se vive en este departamento”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), los organismos nacionales de derechos humanos (CENIDH, CPDH, APDH), el parlamento Europeo y Amnistía Internacional, entre otras ONG, se han pronunciado con contundentes informes que concluyen que lo que ha ocurrido en Nicaragua es una “masacre perpetrada por el gobierno de Daniel Ortega” a través de su fuerza policial y grupos paramilitares contra el pueblo desarmado y particularmente contra los estudiantes universitarios. La CIDH ha pedido al gobierno parar la represión y atender el diálogo nacional y las demandas de la ciudadanía, pero el grupo en el gobierno parece estar decidido a no dejar el poder de manera pacífica y los enfrentamientos y la represión colectiva y selectiva continúan.
Escaso diálogo tras más de 40 días de represión
Desde el pasado 18 de abril, la represión del gobierno frente a las protestas despertó el rechazo de los estudiantes quienes se levantaron contra el gobierno y sus medidas represivas. Los estudiantes se defienden y atrincheran en las principales universidades del país (UPOLI, UNA, UNI y UCA), pero “son masacrados a punta de balas de goma, bombas lacrimógenas y bombas de perdigones. Solo en los tres primeros días de protesta mueren 23 estudiantes”, nos cuenta Berríos desde Nicaragua.
El gobierno impide la cobertura a medios de comunicación como el canal 100% Noticias y canal 12 de transmisión abierta, y otros 2 de cobertura limitada, además de sacar toda su fuerza policial a la calle. La respuesta de la población, contraria a lo que ha sido durante los 11 años de gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, fue explosiva, con protestas en todas las ciudades del país y mayoría de municipios.
La respuesta del pueblo nicaragüense, a la que se ha sumado el bloque campesino, ha sido contundente con marchas masivas pacíficas en la capital y todas las ciudades y municipios, con bloqueos de carreteras para presionar al gobierno a detener la masacre. La ciudadanía ha perdido el miedo a expresar esa condena en la calle, a pesar de la represión y de la desinformación propiciada por los siete canales de televisión, radioemisoras y sitios web de propiedad y mandato orteguista.
“Esta respuesta firme del pueblo ha obligado a Ortega y Murillo a sentarse en un proceso de diálogo, que en su tercera sesión no logra llegar a ningún acuerdo que merezca la pena. Hoy está convocada la tercera gran marcha para demandar un cambio de gobierno en Nicaragua acompañando a las madres de abril, quienes han perdido hijos durante las protestas”, concluye Berríos.