“La salud emocional es fomentar la gratitud, la autoescucha y la atención plena. Es aprender a conocer mis emociones, nombrarlas y abrazarlas para tener control sobre ellas. Es valorarme y ponerme en el centro de los cuidados, desarrollar mi resiliencia e inteligencia emocional”. De esta manera definen la salud y el bienestar emocional un grupo de mujeres trabajadoras del hogar y de los cuidados en Zaragoza. Todas participan en el proyecto Promoviendo la salud integral en colectivos de mujeres migrantes en riesgo de exclusión social, impulsado por Farmamundi junto a la Asociación de Trabajadoras del Hogar y Cuidados de Zaragoza.
“La inteligencia emocional es conocerse, gestionar las emociones adecuadamente y construir un equilibrio, fomentando la gratitud hacia una misma”, explica con claridad Nancy, una de las asistentes.
Semillas de transformación
Durante meses, veinte mujeres —en su mayoría migrantes latinoamericanas— se reunieron cada semana para explorar técnicas de bienestar emocional: meditación, respiración consciente, ejercicios somáticos y automasajes. Se trataba de recuperar el derecho a la salud desde un enfoque integral, en el que el cuidado del cuerpo y la mente van de la mano.
“Los miércoles eran sagrados para mí. Asistir, aprender técnicas y mejorar mi salud emocional ha sido muy valioso. Ahora me quiero más y pienso más en mí”, recuerda Carolina.
“He aprendido a meditar para amarme a mí misma. Masajearme detrás de las orejas me ayuda a equilibrar la ansiedad”, cuenta Marina, otra de las participantes.
Las transformaciones también las percibió el equipo docente. “Las técnicas enseñadas tuvieron un efecto directo en su bienestar emocional, ayudándolas a regular sus emociones y cuidarse más”, confirma Mayren, profesora de yoga somática.
Ellas tienen mucho que decir
La campaña de comunicación de este proyecto está basada en la historia de vida de tres participantes del proyecto, que respaldadas por todas las participantes han decidido contarle al mundo su experiencia. Las tres historias pueden leerse en el sitio del proyecto: https://saludglocal.org/proyectos/salud-mujeres-migrantes-zaragoza/
La iniciativa abrió además un espacio comunitario de acompañamiento y escucha mutua. “Ha sido un lugar seguro de sanación, donde nos sostuvimos unas a otras y generamos salud emocional no solo individual, también colectiva”, afirma Dolores, terapeuta del programa.
Patricia lo resume desde una vivencia íntima. “Aprendí a viajar conmigo misma, a poner los pies descalzos sobre la tierra y a tener más calma. Cuando me siento sola o triste, hago los ejercicios que practicamos y recuerdo que mis emociones importan”, dice con seguridad.
Una apuesta a largo plazo
Estas experiencias trascienden los aprendizajes puntuales. “Las participantes aprendieron a cuidarse y descubrieron nuevas formas de quererse. Con este enfoque contribuimos a procesos de transformación en favor de la salud emocional en colectivos históricamente vulnerados”, asegura Yodaly Beteta, técnica del proyecto.
Desde Farmamundi promovemos el derecho a la salud de forma integral, conscientes de que la salud emocional y mental son fundamentales para vivir una vida sana, y construir una sociedad más feliz y justa. Especialmente para aquellas personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad, como son las mujeres migradas y trabajadoras del hogar y los cuidados.