Ecuador |Las comunidades indígenas impulsan la soberanía alimentaria

Ecuador |Las comunidades indígenas impulsan la soberanía alimentaria

Las comunidades indígenas ecuatorianas situadas en la cuenca alta, media y baja de los ríos Bobonaza y Curaray han participado en una iniciativa para seguir defendiendo la soberanía alimentaria. Un total de 4.000 mujeres y hombres kichwa, técnicas/os locales, y lideresas/ líderes de los Pueblos Ancestrales Kichwa de Pastaza: Canelos, Curaray, Kawsak Sacha y Teresa Mama, que son productoras del cultivo estratégico chicatzu muyu (una oleaginosa típica de la Amazonía de elevada calidad nutricional y digestibilidad) y otros cultivos asociados.

Esta iniciativa, dirigida por Farmamundi y financiada por la Generalitat Valenciana se ha enfocado en la diversificación e incremento de la producción agropecuaria con productoras de chicatzu muyu y productores piscícolas, potenciando la recuperación y aplicación de los conocimientos de manejo de los sistemas agroproductivos tradicionales para la gestión y manejo sustentable de la agrobiodiversidad. El objetivo principal ha sido la defensa de la soberanía alimentaria y el acceso y control del territorio.

Este proyecto también promueve el fortalecimiento de capacidades en seguridad alimentaria, desarrollando procesos formativos con talleres de trabajo, talleres de sensibilización, eventos de difusión e información sobre el manejo y tratamiento del agua para el consumo familiar, así como sobre la recuperación de la gastronomía tradicional para la corresponsabilidad en la salud, alimentación y nutrición de niños y niñas menores de 5 años.

Soberanía alimentaria y Sumak Kawsay

Fortalecer las estrategias de soberanía alimentaria y nutricional, a partir del empoderamiento de organizaciones de mujeres productoras, es uno de los objetivos del Instituto Kichwa de Biotecnología «Sacha Supay» (IQBSS) y Farmamundi en Ecuador.  El  IQBSS  es una institución netamente indígena que desde 1993 se encarga de la gestión del territorio adjudicado a las comunidades indígenas de Pastaza, que asciende a un millón y medio de hectáreas.

Sobre todo, hemos apoyado a los Pueblos Kichwa de Pastaza, donde se ha impulsado la producción agroecológica de cultivos locales lo que ha permitido mejorar la autonomía económica de las mujeres y la sostenibilidad ambiental de los ecosistemas de bosque y selva. Además, en el marco del impacto que ha tenido la COVID-19, se han desarrollado acciones para mitigar la afectación de colectivos especialmente vulnerables, como mujeres embarazadas y lactantes, y niños y niñas menores de 5 años.

El trabajo conjunto con las comunidades, y en especial con los más jóvenes, ha permitido la concienciación sobre conductas preventivas y de contención de la pandemia del COVID19 y las enfermedades tropicales presentes en el territorio.

Y todo ello es posible a través del proceso endógeno de la comunidad indígena del Sumat kawsay, como eje orientador de la vida, donde el territorio es central para la reproducción de las vidas, es de propiedad colectiva, inalienable, imprescritible e inembargable.  La economía ancestral, es otro elemento central de Sumak Kawsay,  es una forma de producción no basada en los ingresos monetarios, sino que conjuga formas productivas para satisfacer las necesidades de los aillus (contenedor intergeneracional y transtemporal) a partir de los ecosistemas y la biodiversidad del territorio en una combinación de relaciones entre seres humanos, no humanos, ancestros y entre las generaciones presentes y futuras, según se describe en el plan estratégico del IQBSS.

Más información en la revista de Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas. Nº 42.

 

 

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