En Farmamundi el 8 de septiembre celebramos el Día de las personas cooperantes, reconociendo su labor y demandando su protección en un contexto mundial en el que en muchos países se persigue sistemáticamente el trabajo que realizan las ONG de Desarrollo. La violencia y las leyes que persiguen la labor de las organizaciones pone en peligro las condiciones de vida de millones de personas que ya sufrían situaciones extremas y la de las personas que trabajan en cooperación y acción humanitaria.
En los momentos tan complejos en los que nos encontramos es urgente la necesidad de reforzar políticas públicas que garanticen los derechos humanos, la paz, la protección del medioambiente y la igualdad de oportunidades para todas las personas. Una de esas políticas, sin duda, es la cooperación.
“Todavía nos estábamos recuperando de las consecuencias de una pandemia global, cuando nuevas amenazas se ciernen sobre los objetivos que como organizaciones de cooperación nos habíamos marcado para poner en el centro de la agenda una salida justa a estas crisis. En este contexto, nuestro reto es seguir exigiendo justicia social y conseguir una comunidad internacional realmente comprometida con los derechos humanos y donde las personas seamos las protagonistas de nuestro propio desarrollo”, comenta Emilio Oriola, responsable de proyectos de Cooperación al Desarrollo de Farmamundi.
En plena reforma del sistema de cooperación es crucial asegurar un Estatuto que garantice plenamente los derechos laborales y la protección de quienes trabajan en cooperación y ayuda humanitaria. Además, a las puertas de los presupuestos generales para 2023, el Gobierno debe cumplir su compromiso de garantizar el 0,5% para final de la legislatura.
“Desde Farmamundi seguimos trabajando en numerosas acciones de cooperación internacional con las que enfrentamos la violencia contra las mujeres en todas sus manifestaciones, fortaleciendo las acciones preventivas y de vigilancia epidemiológica de los sistemas públicos de salud y mejorado los servicios de atención primaria, la seguridad alimentaria y nutricional y el acceso al saneamiento y al agua potable de miles de personas en América Latina y África”, explica Emilio Oriola, responsable de proyectos de Cooperación al Desarrollo de Farmamundi.
Garantizar los derechos a las personas cooperantes
La nueva Ley de cooperación internacional para el desarrollo sostenible y la solidaridad global verá la luz previsiblemente antes de finalizar el año. Reivindicamos que el nuevo Estatuto debe garantizar la protección del personal humanitario en contextos que son muy inestables o en situaciones de conflicto. Además, debe facilitar los requisitos burocráticos que actualmente dificultan el acceso de cooperantes a las comunidades afectadas por las crisis. En ese sentido, debe fomentar mayor implicación de las Embajadas y de la Cooperación Española para asegurar que la situación migratoria de las personas cooperantes no es ambigua con respecto a la normativa migratoria del país en el que trabajan.
*Este es un extracto de la noticia publicada por laCoordinadora de Organizaciones para el Desarrollo que puedes leer completa y compartir también desde su web.