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La violencia sexual en la provincia del Nord Kivu, República Democrática del Congo
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La ausencia de una opinión pública generalizada en contra de la violación hace que este crimen, dicho ciertamente contra la humanidad, no lo sea efectivamente en este lado del mundo
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Desde el mes de octubre 2006 Farmamundi está coordinando dos proyectos de asistencia a las víctimas de violencia sexual en la província del Nord Kivu (Nord Este de la República Democrática del Congo). Dichos proyectos están siendo ejecutados por dos contrapartes locales, FEPSI (Femmes Engagées pour la Promotion de la Santé Intégrale) y PPSSP (Programme pour la Promotion des Soins de Santé Primaire), ambas con gran experiencia en la materia. Las actividades de asistencia médica y psicológica, reinserción social, y para algunos casos de seguimiento y asistencia jurídica, previstas en los proyectos, están desarrollándose satisfactoriamente a pesar de las dificultades que se derivan del contexto de inestabilidad e inseguridad de la región en la que trabajamos.
Dicha inestabilidad deriva de los continuos enfrentamientos entre las FARDC (Fuerzas armadas de la RDC, su ejército soberano), los Mayi Mayi, las FDLR (Democracti Forces of the Liberation of Rwanda o Interhamwe), los Nalus (o militares ugandeses) y otros grupos armados dirigidos por señores de la guerra, en distintos territorios. Sin embargo, tras más de siete meses observando la realidad sobre el terreno, la constatación más sorprendente es que una gran parte de las víctimas han sido violadas por civiles. Las explicaciones que se dan a este hecho son que los civiles han adoptado la violación como forma habitual de agresión, imitando las prácticas utilizadas por los militares y demás grupos armados durante el conflicto. Sin embargo cabe indicar que debido a los diferentes procesos de desmobilización y reinserción militar, etc., la línea que separa a un militar o guerrillero de un civil no es siempre clara.
Otra terrible constatación ha sido las edades de las víctimas, habiendo asistido a bebés desde 3 años, hasta señoras de 65, pasando por todas las edades intermedias. Las explicaciones que se dan para las violaciones de niñas de tan temprana edad son las prácticas satánicas que todavía tienen vigencia en algunas zonas. Otra explicación es la creencia, en algunos lugares mantenida, de que si alguien está infectado por el VIH Sida, puede llegar a curarse violando a una niña virgen, lo cual tiene consecuencias trágicas para la víctima. La inequidad de género que condena a la mujer a trabajar y servir a su esposo, además de sus “deberes conyugales”, sería otra de las explicaciones de las violencias hechas a las mujeres en esta parte de la RDC.
En las sesiones de sensibilización llevadas a cabo en escuelas de secundaria hemos constatado la dificultad de modificar el estatuto de las mujeres congoleñas. Una herramienta que nos ha ayudado no solo en esas sesiones, sino también en los encuentros que los actores sociales han mantenido con las autoridades militares y policiales para sensibilizarles de la problemática de las violaciones hechas a las mujeres, es la nueva ley contra las violencias sexuales salida a la luz a finales del 2006, y que recoge en sus diferentes artículos la definición de violación y las condenas que se prevén para los agresores. Sin embargo, desafortunadamente, la impunidad es generalizada y muy pocos casos entran en un proceso legal para ser juzgados. De entre ellos, ninguna de las condenas ha sido ejecutada hasta hoy. Los juicios siguiendo la costumbre local hacen que la mayoría de casos en los que se retiene al agresor se resuelvan pidiendo dos cabras y una gallina para la familia de la víctima para compensar los daños.
La corrupción se ha filtrado profundamente en todos los órganos de este país, cuya administración es todavía caótica, y en el que se hace muy difícil obtener resultados proporcionales a los esfuerzos realizados por las ONG locales e internacionales.
En Farmamundi creemos en la importancia de plataformas en las que la sociedad civil pueda organizarse y posicionarse reaccionando a las injusticias que sufre la población congoleña, y especialmente los colectivos vulnerables (víctimas de violencia sexual, desplazados de guerra, enfermos de VIH, etc.). En este sentido, Farmamundi RDC ha apoyado y acompañado, junto con la ONG inglesa Merlin, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UNOCHA) y la oficina de Derechos Humanos de la MONUC (misión de Naciones Unidas en RDC), la creación de una Comisión Territorial basada en la ciudad de Butembo, formada por dos subcomisiones (Subcomisión Asistencia Médica y Psicológica y Reinserción Socioeconómica, y Subcomisión Asistencia Jurídica y Monitoring), que reúne todas las organizaciones locales que trabajan en el ámbito de la Violencia Sexual, en aras a coordinar las acciones y aprovechar las sinergias del intercambio, armonizar las herramientas de colecta de datos, discutir los casos complejos, hacer lobby mediante informes, etc., de forma organizada.
Casos de violencia sexual registrados por la contraparte FEPSI (Butembo) Periodo: Enero-Abril 2007
| VVS |
AGRESORES |
| TOTAL | Nuevos Casos | Antiguos Casos | CIVIL | FARDC | MAYI MAYI | INTER HAMWE | POLICIA | ENERO | 76 | 37 | 39 | 28 | 17 | 6 | 39 | 0 | FEBRERO | 46 | 19 | 27 | 24 | 9 | 4 | 11 | 0 | MARZO | 54 | 17 | 37 | 22 | 13 | 4 | 14 | 0 | ABRIL | 50 | 27 | 23 | 28 | 13 | 8 | 0 | 1 |
Tomando solamente el pasado mes de abril, y teniendo en cuenta los casos registrados en el centro hospitalario FEPSI de Butembo, se han asistido un total de 50 víctimas, de entre las cuales 27 nuevos casos, y 23 casos antiguos (agresiones que se declaran pasadas las primeras 72 horas o pasados varios días, semanas o años) de víctimas que se dieron a conocer en los centros de salud después de las diferentes actividades de sensibilización comunitaria.
De un total de 50 víctimas de violencia sexual (VVS), 26 (es decir, más de la mitad) son menores de 18 años, y de éstas, la mitad han sido niñas menores de 14 años: contando 3 casos de niñas de 6 años y 2 casos de 9 años. Y esto fue lo que se registró el pasado mes de abril en FEPSI (Butembo), pero sabemos que hay muchas otras VVS que nunca declararán haber sido violadas por miedo a la estigmatización social que van a sufrir, tanto a nivel comunitario como en el mismo seno familiar, del que, en muchos casos, son echadas después del suceso.
La ausencia de una opinión pública generalizada en contra de la violación hace que este crimen, dicho ciertamente contra la humanidad, no lo sea efectivamente en este lado del mundo. El camino es aún largo dado a que este tipo de agresión se ha filtrado en el cotidiano de la sociedad congoleña. El trabajo de sensibilización de base (en escuelas, centros de salud, iglesias, etc.) no dará sus resultados hasta dentro de unos años, mientras los cuales muchas mujeres y niñas sufrirán una de las más terribles humillaciones que puedan hacerse a un ser humano y a todo un pueblo.
Yo no he querido, ni podido, dejar de darme completamente en lo profesional, y muchas veces, inevitablemente, en lo personal, a este proyecto y a todas esas niñas, chicas y mujeres que han sido víctimas directas o indirectas de las secuelas que la colonización, la corrupción y la guerra sembraron en este paraíso verde y oro.
Sandra Sotelo Reyes Coordinadora de Proyectos Farmamundi RDC
Fotografía realizada por Sandra Sotelo
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