Noticias >> La salud de los pueblos depende de la política mundial
La salud de los pueblos depende de la política mundial
Dr. Erero F. NJIENGWÉ
Doctor en Psicopatología, profesor de la Universidad de Douala (Camerún) y miembro de medicusmundi


7 de abril de 2007


¿Hablamos del Día Internacional de la Salud? ¿Se trata de una pausa en la que los dirigentes de este mundo recapitulan y hacen balance de sus valerosas iniciativas en favor de una mejor salud en el mundo? Si tal es el caso, podemos esperar que se acuerden en sus análisis de que :

• La Conferencia de Alma Ata, en Kazajstan, en 1978, que reunió a 134 países y 67 organizaciones internacionales, por iniciativa conjunta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y el gran patrocinio de la poderosa y humanista URSS de entonces, fue un momento en el que se nos autorizó a creer que la « Salud para todos en el año 2000 » no era sólo un eslogan.

• Se mantendrán seguidamente, a escala regional o mundial, decenas de otras conferencias sobre la salud mundial, hasta la amarga constatación, al cambiar de siglo, de que la salud retrocede en el mundo y, no solamente en los países púdicamente llamados « en vías de desarrollo » ?

¿Qué se desarrolla en los países "en vías de desarrollo"?

• África representa el 24% del total mundial de personas enfermas y no dispone más que del 3% del personal sanitario mundial.

• En Camerún, una industria reciente, las pompas fúnebres y los accesorios mortuorios, prospera y constituye hoy un sector atractivo para cualquier inversor; la demanda es enorme y los beneficios están garantizados: no faltan muertos precisamente... la muerte adora a las personas pobres...
una industria reciente, las pompas fúnebres y los accesorios mortuorios, prospera y constituye hoy un sector atractivo para cualquier inversor; la demanda es enorme y los beneficios están garantizados: no faltan muertos precisamente... la muerte adora a las personas pobres...

• Cada año, 5,6 millones de niñas y niños mueren en el mundo por desnutrición

• El continente africano es la primera víctima de la profundización de las desigualdades en el mundo. Si de 1960 a 1980, los países de África han registrado sensibles progresos en materia de desarrollo económico y social, estos progresos se han ralentizado notablemente por los efectos desastrosos de los planes de ajuste estructural llevados a cabo por las instituciones financieras internacionales

• En las grandes ciudades africanas, sólo del 10 al 30% de los desechos domésticos son eliminados y sólo el 10% de los váteres están conectados a una red de desagüe.

• Menos del 75% del alumnado termina la escuela primaria y son muchos quienes salen del sistema escolar con un nivel insuficiente, sobre todo en los países menos desarrollados.

• África es el único continente que, año tras año, ve degradarse sus condiciones de vida y salud. Es el único continente en el que la esperanza media de vida baja, las tasas de mortalidad aumentan y donde el índice de desarrollo humano retrocede.

• 20.000 profesionales de medicina, enfermería y otro personal de salud, abandonan África cada año.

• Tasa de mortalidad materna en Camerún : mueren 547 madres por cada 100.000 criaturas que nacen vivas. En el Norte del país, la tasa podría llegar a las 900 mujeres. (UNICEF).

En lo que concierne a África en particular, las instituciones financieras internacionales han conseguido, a fuerza de estrangular a las personas más pobres, obtener « esperanzadoras » cifras de crecimiento.

¿De qué salud se trata el 7 de abril? El acceso a los medicamentos no es una opción universal y, los promotores de los genéricos son conscientes de ello. Saben en qué trampa se encuentran poblaciones enteras que deben pagar de más para tener un acceso a los medicamentos. Esto, para mantener la salud de una marca, en nombre de una patente. ¿Desde cuando el derecho a la salud, así pues, a la vida, debe depender del termómetro de los mercados bursátiles?
Hay estimaciones razonables que sugieren que entre Alemania, Francia, Gran Bretaña y otros países occidentales incluyendo Rusia, se podrían totalizar no menos de 2.000 médicos o altos responsables de salud de origen camerunés


¿Sabe usted cuánto son 4.500 (cuatro mil quinientos) dividido entre 16.000.000 (dieciséis millones) ? Pues bien, el resultado le da una idea del número de personal médico que ejerce oficialmente en Camerún, dividido entre el número de habitantes. Hay estimaciones razonables que sugieren que entre Alemania, Francia, Gran Bretaña y otros países occidentales incluyendo Rusia, se podrían totalizar no menos de 2.000 médicos o altos responsables de salud de origen camerunés. ¿La razón? Un salario miserable después de largos años de estudio, incluyendo a veces sacrificios increíbles de toda la familia; condiciones de trabajo precarias (falta de material) ; una jerarquía ocupada en consolidar sus privilegios ; además, la financiación preferente del VIH/SIDA desestabiliza la vocación sanitaria.

En su informe sobre la Salud en el Mundo en el año 2006, la OMS declara por ejemplo que "una enfermera que trabaja en VIH/SIDA puede ganar de 3 a 4 veces más que una enfermera que trabaja en otro servicio en el mismo establecimiento" El VIH/SIDA se convierte en una apuesta económica de supervivencia, no para las personas que viven con el virus, si no para todos los actores implicados en la lucha, de los que difícilmente se puede creer que estén "contra" el VIH/SIDA. Mientras los financiadores no dediquen sus fondos más que al VIH/SIDA , será necesario que el VIH/SIDA exista.

Es la malaria y no el VIH/SIDA, la que constituye la causa de mortalidad número uno en Camerún. Según ciertos estudios, es la responsable de que se pierdan hasta el 40% de las cosechas de los campesinos y afecta al conjunto de la población: desde los bebés hasta las personas ancianas. Pero la malaria tiene la desgracia de no viajar como el VIH/SIDA. La movilización mundial inédita contra este virus, refleja la incapacidad de los financiadores de imponer visados al virus, en el marco de una suerte de inmigración elegida. Una confesión un poco cínica, lo confieso, expresada a compañeros de la campaña de sensibilización de Medicus Mundi en España, ha consistido en proponer esta simple fórmula para referirme a la malaria: Quizá la única ventaja del recalentamiento del planeta debido a la poca preocupación por nuestro medioambiente, será una tropicalización progresiva de los países del Norte. El mosquito vector de la malaria (el anofeles) podrá sobrevivir y comenzar su sucio trabajo de infección masiva. Occidente, sufriendo en sus propias carnes esta endemia mortal, encontrará rápidamente una solución al problema. Con un poco de suerte, el resto del mundo podrá beneficiarse también de ello.
Quizá la única ventaja del recalentamiento del planeta debido a la poca preocupación por nuestro medioambiente, será una tropicalización progresiva de los países del Norte. El mosquito vector de la malaria (el anofeles) podrá sobrevivir y comenzar su sucio trabajo de infección masiva. Occidente, sufriendo en sus propias carnes esta endemia mortal, encontrará rápidamente una solución al problema. Con un poco de suerte, el resto del mundo podrá beneficiarse también de ello.


GLOBALIZACIÓN DE LA INJUSTICIA SOCIAL

El acceso a la atención sanitaria es tan desigual en nuestros países africanos que, a pesar de que la esperanza de vida al nacer baja drásticamente para la mayoría (en Camerún: 40 años en 1960, 54 años en los años 80 y una caída a los 47 años en el 2005) la élite gobernante presenta una longevidad - al menos una decena de jefes de estado africanos tienen una edad comprendida entre los 70 y los 83 años- que no refleja la realidad de nuestros países.

Vivimos en el mismo medioambiente contaminado por los desechos industriales y domésticos; infestado de mosquitos y otros vectores de enfermedades infecciosas ; ahogados por los costes prohibitivos de las consultas, de los cuidados médicos y de los medicamentos ; hipotecados por la insuficiencia y, a menudo, la ausencia de servicios de urgencias.

En general, las muertes prematuras y la enfermedad son evitables, incluso en los países africanos. Los daños hechos a nuestro medioambiente, la baja escolarización, el trabajo precario y mal pagado consecuencia de la misma ; el tabaquismo en aumento en nuestros países, el alcoholismo, las relaciones sexuales con o sin riesgo, cada vez más precoces (una joven camerunesa de 13 años, indigente, alumna de 5º año y, sin casar, evidentemente, fue secuestrada en una maternidad, el pasado febrero, porque no tenía dinero para pagar la atención sanitaria recibida durante el parto de sus dos gemelas prematuras). En una palabra: la pobreza.


COMPLICIDADES DEL NORTE

La mayoría de la ciudadanía del Norte sabe que es muy probable que vivan más allá de los 80 años, porque allá, la esperanza de vida es elevada. Nuestros dirigentes no construyen hospitales y no dotan a nuestros países de las punteras infraestructuras sanitarias que ellos solicitan en Europa, para sus revisiones y periódicos controles médicos. Los occidentales que dictan las leyes de gobierno y condicionan su ayuda al respeto de los derechos del hombre, llegan sin embargo a comerciar con estos dirigentes. ¿Será porque éstos les garantizan que toda la ayuda recibida será devuelta a occidente en forma de contratos de compra de armas, por ejemplo ? ¿De contrato de asistencia militar contra la población que exige sólo lo que se les debe : un poco de justicia social ? ¿Por qué los países occidentales, financiadores, no exigen a sus amigos, dirigentes africanos sobre todo, que ofrezcan a sus poblaciones los mismos recursos de salud que ellos van, a cargo de sus poblaciones empobrecidas, a solicitar a Europa? Si la salud es un derecho, este derecho no es un privilegio exclusivo de quienes gobiernan.

No hay que taparse la cara : luchar contra la enfermedad no quiere decir comprar misiles y colocar en el poder en África a generales, y otros mariscales, y después a sus hijos. Esto no quiere decir que las ONG y la acción humanitaria sustituyan el deber de los Estados. Luchar contra la enfermedad implica la firme e irrevocable voluntad política de poner al alcance de todas las personas la salud, tal como la define René Dubos : "Estado físico y mental relativamente exento de problemas y sufrimientos, que permiten al individuo funcionar tanto tiempo como sea posible en el medio donde el azar o la elección le han situado" La autonomía y el bienestar no son incompatibles con África y como decía John Fitzgerald Kennedy, "necesitamos hombres que sueñen con lo que jamás ha existido". Lo que es inédito en la historia de la humanidad, es el compromiso incondicional de erradicar el hambre y la miseria en el mundo, condiciones mínimas indispensables para la salud. Y sin embargo, es posible.